Hoy: 3 de diciembre de 2024
El nuevo fiscal de sala contra los delitos de odio, Miguel Ángel Aguilar, ha señalado que en España el repunte de casos registrado en 2022 no es “alarmante” (3,7%). Sin embargo, alerta de una cifra de “infradenuncia” muy elevada que afecta, sobre todo, a colectivos como personas sin hogar, magrebíes y gitanos.
Aguilar tomó posesión del cargo el pasado 26 de junio. En una entrevista a Europa Press, recalca que España tiene “una sociedad diversa, rica y que, en general, respeta al diferente”, además de “un buen armazón jurídico para hacer frente a los delitos de odio y discriminación”.
Respecto al aumento detectado el año pasado, dice que “no es un tema para estar preocupado, pero sí ocupado”. E indica que, actualmente, hay colectivos concretos con mayor “visibilización”, también para “los intolerantes”.
Los delitos de odio por racismo y xenofobia, con 755 hechos, son los más numerosos. Representan el 43,5% del total de las denuncias. Después, los cometidos en los ámbitos de la orientación sexual e identidad de género comprenden más casos. En el tercer lugar, se posicionan los delitos de ideología.
Por su parte, frente al incremento del 76,6% de los delitos de odio por razón de orientación sexual e identidad de género, en 2022, subraya que “el colectivo LGTBIQ+ es el más concienciado”. Esto explica que tenga “menos barreras para presentar denuncias”. Otros delitos que crecieron respecto a 2021 fueron la aporofobia, en un 70%, y el antigitanismo, en un 22,2%.
Entre los colectivos más afectados, Aguilar enfatiza los inmigrantes en situación irregular, especialmente, los norteafricanos. Y uno de sus obstáculos principales para ser aceptados en la sociedad es el desconocimiento de las lenguas españolas.
Apunta también a las personas a las mujeres gitanas, que, por su cultura, son marginadas. Incluso de lugares como un supermercado. Una discriminación que suelen aceptar como algo normal.
Aparte de estos colectivos, otro que sufre más la discriminación es el de las personas sin hogar. En muchas ocasiones, resulta casi imposible denunciar su situación, por la dificultad de localizarlas.
Aguilar explica que hay “muchas víctimas” que necesitan asimilar lo que les ha pasado, ser conscientes de que “han sido discriminadas”, para después dar el paso de denunciar. “Esto pasa también en la violencia de genero”, apostilla. Y recuerda a las personas mayores en situación de soledad y/o las que tienen una discapacidad que les impide contar sus problemas.
En referencia a la tipología de los hechos de odio, las lesiones, las amenazas (338), las injurias y los daños son los delitos más comunes.
Por otro lado, han descendido formas de discriminación como la generacional (57,1%), la de enfermedad, la de creencias religiosas y la ideológica.
Como idea principal, Aguilar recalca que el tema la discriminación no es de colectivos concretos, sino de todos. Porque, tarde o temprano, entraremos “en contacto con la edad, la enfermedad, la discapacidad”.
“Es un tema de derechos humanos”, destaca. Por eso, invita, que desde la educación y diferentes instituciones y medios de comunicación se transmitan mensajes que favorezcan la igualdad. “Contribuye a una sociedad mejor”, afirma.