Hoy: 21 de noviembre de 2024
La destitución de Juan Antonio Álvarez Reyes después de 13 años al frente del Centro Andaluz de Arte Contemporáneo (CAAC) ha generado preocupación en el mundo de la cultura andaluza. Esto ha llevado a cuestionar el procedimiento a través del cual la Consejería de Cultura de la Junta de Andalucía cesa a los directores elegidos por concurso público y nombra a sus sucesores mediante designación directa, sin respetar lo que se conoce como el “código de buenas prácticas”. Según fuentes de la Consejería de Cultura, este código es considerado una “recomendación” en lugar de una obligación.
El código de buenas prácticas, establecido en 2007 entre el Ministerio de Cultura y las asociaciones del sector museístico y de centros de arte, es un acuerdo al que se adhirieron las comunidades autónomas y se considera una forma de garantizar la transparencia y la profesionalización en la designación de cargos directivos en instituciones culturales, a pesar de que no posee carácter normativo.
Sin embargo, la destitución de Álvarez Reyes y otros directores de centros de arte que fueron seleccionados a través de concursos públicos en Andalucía ha llevado al sector a acusar un retroceso en la democracia y la participación desde la llegada del Partido Popular a la Junta. Se señala que estos directores han sido reemplazados sin realizar concursos públicos para seleccionar a sus sucesores.
La noticia de la destitución de Álvarez Reyes y la designación de Jimena Blázquez Abascal como nueva directora del CAAC ha sorprendido al mundo del arte contemporáneo. Como respuesta, todas las organizaciones del sector en Andalucía enviaron una carta de protesta al consejero de Cultura, Arturo Bernal, donde acusan al gobierno de Juan Manuel Moreno de ejercer un “dirigismo político” en las instituciones culturales.
Por su parte, fuentes de la Consejería de Cultura argumentan que el código de buenas prácticas es una recomendación y que, en el caso del CAAC, el nombramiento se realiza directamente por parte del Consejo de Gobierno debido a los estatutos de la institución. Sin embargo, esto ha generado controversia, ya que Álvarez Reyes fue nombrado mediante un concurso público en 2010, mientras que su sucesora fue designada directamente.
Este caso se suma a otros incidentes en los que directores de instituciones culturales en Andalucía han sido destituidos sin una justificación aparente, lo que ha llevado a denuncias de “intrusismo” en la gestión cultural. Se destaca que Andalucía es la única administración a nivel estatal que sistemáticamente prescinde del código de buenas prácticas en la selección de sus cargos directivos, en contraste con otras regiones que optan por concursos públicos para estos nombramientos. La falta de respuestas oficiales ha llevado al sector a expresar su preocupación por la situación en las instituciones culturales en la región.