Las imágenes de Juan Carlos I y Bárbara Rey, vendidas recientemente por Ángel Cristo Jr. a una revista holandesa, han vuelto a poner en el foco el supuesto chantaje que la vedette habría realizado al Rey emérito entre 1994 y 1996. Se dice que habría obtenido alrededor de 600 millones de pesetas a cambio de no revelar públicamente la relación que mantuvieron durante años.
No obstante, esta no es la primera vez que se menciona el tema. Javier Chicote y Juan Fernández Miranda ya lo abordaron en su libro El jefe de los espías, una investigación periodística basada en el archivo secreto de Emilio A. Manglano, antiguo consejero del monarca y Director del CESID, donde se documenta la supuesta extorsión que Don Juan Carlos habría sufrido por parte de Bárbara Rey.
Como voz autorizada en este tema, Chicote ha revelado en Y ahora Sonsoles que aunque en un principio pensó que lo que contaba Ángel era un “calco” de lo que él había escrito en su libro, tras escuchar su entrevista en ¡De Viernes! cree que efectivamente fue el hijo de Bárbara Rey quien hizo las fotografías del Emérito con la vedette en la terraza de su casa de Boadilla del Monte en el año 1994.
Y a pesar de que la artista niega la extorsión de la que se está hablando, el periodista ha asegurado rotundo ante las cámaras de EP que el chantaje está “perfectamente documentado en las agendas de Emilio Alonso Manglano, que fue el director del CSIC, que fue quien tuvo que afrontar ese chantaje”.
“Llegaron unas fotografías tomadas el 22 de junio del año 1994 y se pide a cambio dinero. Un primer pago de 25 millones de pesos. Eso es. Eso está en los documentos, yo lo publiqué en un libro hace tres años ya y no ha habido ningún problema legal, no ha habido demanda de ningún tipo. 25 millones de pesetas y contratos en Televisión Española. Ojo, primer pago de 25 millones, luego habría otros”, asegura.
“Se repite ese chantaje, el segundo ocurre, siempre según los documentos de Manglano, verídicos, escritos día a día por el jefe de los espías, el hombre mejor informado de España, en el año 1997, en el que ya es una cantidad mucho más grande, son 600 millones de pesetas que se iban a pagar en 10 años. Un primer pago de 100 millones y 50 millones de pesetas al año, en esos años, en pequeñas mensualidades, que eran de unos cuatro millones de pesetas al mes”, añade, desmintiendo así la versión de Bárbara.
Documentos de Manglano que lo prueban y que, como nos cuenta, “el que fuera director del Centro Nacional de Inteligencia en la etapa de Zapatero, Alberto Sainz, también lo confirmó después de la publicación del libro, le preguntaron y dijo es verdad, el CSID se encargaba de canalizar esos pagos, y en nuestra etapa se terminó con ellos”.
Como señala el periodista, “es lógico que Bárbara Rey no lo reconozca porque nadie es tan estúpido de reconocer ese tipo de cosas, pero los hechos son tozudos, y cuando son objetivos, son incontestables. Y aquí hay pruebas documentales, las escribió el director del CSID. Lo confirmó el director del CNI años después. Lo ha reconocido hasta el propio hijo de Bárbara Rey. Por lo tanto, es que a estas alturas no sé quién puede dudar de que eso ocurrió”.
Y además confirma que en los escritos del CSID se referían a la vedette con el seudónimo de ‘pariente’ por su apellido: “Al principio se referían a ella como Bárbara, o Bárbara Rey, o Bárbara R. Pero después de este chantaje del año 1994, pasan a anotar ‘pariente’. No parienta, pariente en masculino, que era un juego de palabras, pues como es Bárbara Rey el nombre artístico y el Rey de España. Pues ‘pariente’, para no tener que decir el nombre”. Y eso es muy habitual, tanto en servicios secretos como en policía, en Guardia Civil, utilizar nombres en clave, incluso para operaciones, ¿no?
Respecto a si existirían vídeos de carácter íntimo de Don Juan Carlos y la vedette que podrían ver la luz como se está especulando, Chicote sostiene que sí. “Serían tres vídeos. Dos se tomaron en el dormitorio de la casa de Bárbara Rey, con una cámara oculta. Está dentro de un televisor antiguo, y hay un tercer vídeo, que se toma también el mismo día, en el salón de la casa de Bárbara Rey”, apunta.
“De hecho, cuando se hace el segundo chantaje, el de los 600 millones de pesetas, el temor era que aparecieran esos tres vídeos, que se toman el 22 de junio de 1994, el mismo día que las fotos que saca su hijo. Ese material existía, se hicieron copias, y yo no descarto que ese material siga existiendo”, afirma, convencido de que si hemos visto las fotografías, no descarta que veamos dichos vídeos.
“Esto es una historia que sabíamos que había ocurrido, y lo que se ha aportado ahora es una nueva prueba. Sí que es verdad que ha llegado un momento en el que el Rey Juan Carlos está preocupado por su balance, y es verdad que el Rey Juan Carlos hizo mucho por España en la era de la democracia, y eso hay que ponerlo en el balance. Tiene una cara positiva y tiene una cara negativa. En ese balance de su historia, que esto salga, lógicamente, pues no le está haciendo ninguna gracia, pero tampoco a mí no me consta que vaya a tomar ningún tipo de acción legal”, añade.
Y por último, Chicote ha mandado un mensaje a Bárbara advirtiéndole de que las medidas legales que pretende tomar judicialmente no tendrían ningún recorrido: “Lo que se habla del chantaje no tiene ningún recorrido. Si ella emprende acciones ilegales, seguramente lo que le va a costar es las costas del proceso. Otra cosa es, a lo que yo creo que se refiere ella, si va a emprender acciones legales contra su hijo por desvelar las fotografías, porque ahí podía haber una intromisión en la intimidad, honor y propia imagen”.
“¿Qué ocurre? Que su hijo dice que el autor de las fotografías es él, y que él las tenía, por lo tanto, el dueño de las fotografías es el autor. Si esa escena, además, siendo menor de edad, la hizo con el consentimiento y la petición de su madre, no le veo mucho recorrido, porque además hay un interés informativo por la intervención que hubo de servicios secretos, por el dinero público que se pudo destinar. Por lo tanto, ahí primaría el derecho a la información sobre el derecho a la intimidad de Bárbara Rey, que yo creo, mi impresión es que no tiene nada que hacer”, concluye Chicote.