La noticia del ataque contra el escritor Salman Rushdie, mientras participaba en una conferencia en Nueva York, ha provocado multitud de reacciones desde Irán, aunque las autoridades del país no se han pronunciado oficialmente al respecto.
El defensor de los Derechos Humanos, Atenea Daemi ha condenado un ataque “vinculado con la República Islámica”. Sin embargo, son muchos los iraníes que han celebrado lo sucedido este viernes en Estados Unidos.
Una agencia de noticias afiliada al régimen islámico se hizo eco de lo sucedido con el titular “Satanás fue atacado”. El diario ultraconservador iraní, Kayhan, celebra lo sucedido y felicita al agresor: “Bravo por este hombre valiente y consciente del deber que atacó al apóstata y vicioso Salman Rushdie” antes de agregar lo siguiente: “besemos la mano de aquel que desgarró el cuello del enemigo de Dios con un cuchillo”, se puede leer en el periódico. En la misma línea se han mostrado todos los medios iraníes que no han dudado en calificar a Rushdie de “apóstata”. El periódico estatal, Irán, ha dicho que “el cuello del diablo” ha sido “golpeado por una navaja”.
Por su parte, Mahdi Bakhtiari, editor de Tasnim News y vinculado al IRGC (rama de las Fuerzas Armadas iraníes) ha escrito en redes sociales que “puede tomar tiempo pero sucederá”, en una supuesta referencia a las fautas de los líderes de Irán que pedían la muerte de Rushdie por cuestiones religiosas.
El analista político y profesor de la Universidad de Teherán, ha afirmado que “no derramaré lágrimas por un escritor que denuncia con infinito odio y desprecio a los musulmanes y al islam”, escribió en las redes sociales.
El orador iraní, Ali Akbar Raefipour, no dudó en vincular el ataque a Salman Rushdie con las conversaciones nucleares que “dieron frutos”, lo que aparentemente podría formar parte de una conspiración para desbaratar las negociaciones del Plan de Acción Integral Conjunto (JCPOA).
El fundador de la República Islámica, Jomeini, emitió una fauta en 1989 contra el escritor, además de ofrecer una recompensa de más de 3 millones de dólares a quien lo asesinase; mientras que el actual líder de Irán, el ayatolá Khamenei reiteró en 2017 que la misma seguía en vigor.
La orden de muerte obligó al autor Rushdie a tener que aceptar protección oficial, cambiar 56 veces de domicilio, o vivir una veintena de atentados debido a la publicación del libro ‘Los versos satánicos’, por el que 60 personas vinculadas al escrito fueron asesinadas.
Entre los fallecidos se encuentran el traductor japonés, Hitoshi Igarashi, apuñalado en 1991 en uno de los ascensores de la Universidad de Tsukuba (Tokio). Y las treinta y siete personas que murieron en el incendio de un hotel donde se hospedaba el traductor turco, Aziz Nesin, en 1993.
Por su parte, el gobierno de España “lamenta y condena” el atentado contra Rushdie. “El fanatismo y el extremismo son una amenaza para la convivencia, para las democracias y para la necesidad que tenemos todos los seres humanos de vivir en paz”, ha afirmado el ministro de la Presidencia, Relaciones con las Cortes y Memoria Democrática, Félix Bolaños.