Los expertos afirman que la cardiopatía isquémica es la principal causa de muerte súbita a partir de los 35 años

19 de septiembre de 2024
4 minutos de lectura
Cardiopatía isquémica /EP

Los factores de riesgo más comunes son el tabaco, el colesterol o el azúcar, entre otros

La principal causa de muerte súbita cardíaca, y que probablemente lo seguirá siendo durante muchos años, es la cardiopatía isquémica, también conocida como enfermedad coronaria que desencadena infartos.

Así lo explica en una entrevista con EP Infosalus Iria González, facultativa especialista de Cardiología del Servicio de Cardiología del Hospital Universitario de Fuenlabrada (Comunidad de Madrid), quien remarca que esta enfermedad es “modificable”, con un peso predominante de los factores de riesgo que todos conocemos, como el tabaco, el colesterol, o el azúcar, entre otros. Es por ello por lo que insiste esta especialista en que, a partir de los 35 años, esa es la causa más frecuente de muerte súbita cardiaca.

Para profundizar en este tema también se ha entrevistado para este reportaje en Infosalus al doctor Manuel Anguita, que es portavoz de la Sociedad Española de Cardiología (SEC), y jefe de sección de Cardiología clínica del Hospital Universitario Reina Sofía de Córdoba.

Infartos y angina de pecho por obstrucción coronaria

Este especialista recuerda que una cardiopatía isquémica es una enfermedad del corazón que consiste en la “falta de riego arterial de una zona del músculo cardíaco, debida a una obstrucción de las arterias coronarias, y que hace que no llegue la sangre suficiente a esa zona del músculo cardiaco”. Señala que cuando se produce esta isquemia sus manifestaciones principales son: un infarto agudo de miocardio, o bien una angina de pecho.

El primero, el infarto, tiene lugar, tal y como describe, cuando la obstrucción es casi completa y no pasa o nada o casi nada de sangre, un evento que se produce de forma aguda; mientras que la angina de pecho dice que es una manifestación clínica más crónica, de manera que esa obstrucción se va produciendo poco a poco, hay una placa de ateroma, de aterosclerosis, que va creciendo poco a poco hasta que llega un momento, cuando se ha obstruido el 70% de la luz de la arteria se producen los síntomas cuando la persona realiza un esfuerzo.

“La causa fundamental de obstrucción de arterias coronarias es la arterosclerosis coronaria, debida a factores de riesgo clásico: tabaco, colesterol alto, hipertensión arterial, diabetes, obesidad, sedentarismo, etc, y por tanto sobre esto hay que luchar para prevenir la cardiopatía isquémica”, remarca el miembro de la Sociedad Española de Cardiología.

No todas las muertes súbitas son de origen cardíaco

Para ahondar en la relación que existe entre la cardiopatía isquémica con la muerte súbita, el doctor Anguita nos precisa antes de nada que no todas las muertes súbitas son de origen cardiaco, sino que precisa que, en torno a una cuarta parte de los casos de muerte súbita, pueden ser debidos a ictus masivos, a roturas de aneurismas, o por ejemplo a hemorragias internas graves que pueden provocarla también.

La mayor parte de los casos de muerte súbita, eso sí, destaca que sí son de origen cardiaco, y por encima de los 35 remarca que la cardiopatía isquémica representa la causa más frecuente de muerte súbita. Dentro de ella, según avanza el cardiólogo, un infarto de miocardio o una insuficiencia cardiaca son los culpables de ese daño del músculo cardiaco.

Señala que por debajo de los 35 el infarto es muy poco frecuente, y aquí las muertes súbitas, aunque en general son menos frecuentes en la población joven, la causa aquí son otro tipo de cardiopatías, muchas de ellas de origen genético, y que afectan al músculo cardiaco de otra forma, por ejemplo. “Son las responsables de las muertes súbitas que por ejemplo se ve tanto en deportistas o campos de futbol. Son mucho menos frecuentes, pero sí más llamativas”, aclara el portavoz de la SEC.

Cuándo aumenta el riesgo de muerte súbita

Por tanto, la relación de la muerte súbita con la cardiopatía isquémica se debe a dos mecanismos, tal y como explica: “Primero, por el infarto agudo de miocardio, de manera que en el momento en el que uno tiene el infarto, muchos no llegan al hospital porque presentan una arritmia ventricular por esa isquemia aguda y mueren; pero después se encontrarían quienes sobreviven al infarto de miocardio, señalando que el riesgo de muerte súbita depende de la extensión del infarto, aunque afortunadamente celebra que en la actualidad al llegar al hospital quedan casi sin daños, casi sin cicatriz, pero en quienes tienen un infarto grande o una insuficiencia cardiaca notable tras el infarto sí que el riesgo de muerte súbita es mayor”.

En este sentido, el doctor Anguita indica que, igual que cuando te haces una herida en la piel, en el corazón, el músculo cardiaco si deja de recibir sangre se necrosa, muerte, y se ve sustituido por una cicatriz de fibrosis. Esta cicatriz cardiaca aumenta mucho las posibilidades de que se produzca una arritmia ventricular maligna, o una fibrilación ventricular, que pueden dar lugar a un paro cardiaco y el paciente puede morir por muerte súbita.

Con ello, sostiene este cardiólogo del Hospital Universitario Reina Sofía de Córdoba que la gran mayoría de personas que han sobrevivido a un infarto el riesgo de muerte súbita es bajo, “sólo es alto en quienes han tenido un daño muy grande”.

Prevenir la muerte súbita por cardiopatía isquémica

Añade que para estos pacientes que han sobrevivido a un infarto y presentan un riesgo alto de muerte súbita por daño del músculo cardiaco, o por insuficiencia cardiaca hay tratamientos que ayudan a evitar o a disminuir el riesgo de muerte súbita, principalmente farmacológicos.

Por otra parte, mantiene el doctor Anguita que hay pacientes a quienes se les implanta un desfibrilador para que si tienen una arritmia ventricular en el futuro este dispositivo lo detecte y les dé una descarga y le quite la arritmia ventricular y les salve la vida.

Con todo ello, EP Infosalus pregunta a este cardiólogo por si podemos prevenir las muertes súbitas derivadas de cardiopatías isquémicas, a lo que responde que esto posible, fundamentalmente previniendo las cardiopatías isquémicas como antes hemos mencionado.

Eso sí, aquí precisa que un factor de riesgo que no se puede controlar es la edad, aunque insiste en que sí se pueden vigilar el resto de factores de riesgo antes citados (tabaco, tóxicos, dieta, deporte, etc).

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