Es algo conocido que cuando una fruta está suficiente e irremediablemente madura su tránsito natural es la caída, el colapso. Esta solución, a la que podríamos denominar “interpretación de la madurez” es algo no sólo natural y consecuente sino que dio lugar a sentar principios físicos y filosóficos que nos ha permitido a la humanidad conocer y comprender que si nos caemos es por una fuerza física incontenible de atracción de la tierra hacia nosotros y viceversa; hasta que en el siglo XVII ocurriera este extraordinario hallazgo justificábamos una caída por un desliz, un tropezón o una tontería, ajenos a que se trataba de una fuerza física demostrable empírica y matemáticamente. Una vez esto, la humanidad toda descansó. Debemos este hallazgo esclarecedor al gran sabio que fue Isaac Newton que sentado bajo un manzano fue testigo de la caída de una manzana madura, este hecho hizo despertar a nuestro sabio inglés de su letargo, pues rodeado estaría de manzanas y de cosas caídas, e inmediatamente denominó tal fuerza como la “teoría de la gravedad”.
Llegados a este punto, yo añado que mucho más grave es la madurez putrefacta de Nicolás Maduro y su tiranía, y no sólo será esta fuerza física la que les haga caer, sino la fuerza de la democracia, de la libertad y de los derechos humanos.
Dice el artículo 138 de la Constitución “bolivariana” de Venezuela: Toda autoridad usurpada es ineficaz y sus actos son nulos. En definitiva, nada de lo que haga el usurpador será válido, ni perdurará. Sino que cuando caiga, la república de Venezuela revivirá y reverdecerá.
Sólo cabe preguntarse cuándo caerá, esto no lo explica la “teoría de la gravedad”; Newton, no incluyó entre sus pensamientos ninguna variable de “necesidad”. Ahora, si aplicamos la “teoría de la relatividad” que debemos a Albert Einstein, Maduro y su régimen caerán relativamente antes, si todos juntos empujamos el árbol que les sostiene.
José Miguel Ayllón, abogado y presidente de la Asociación de Apoyo a Víctimas de Delitos.