Entrevista al comisario Villarejo (parte II): «Es evidente, pese a los seis encuentros que hubo entre el CNI y el imán de Ripoll, que no supieron detectar a un potencial terrorista»

«Continuamente se manipula y ningunea a la opinión pública. Los ‘papeles del CNI’ desclasificados sobre los atentados de Barcelona son falsos», señala

Por ANSELMO CIFUENTES

En esta segunda parte de la entrevista a José Manuel Villarejo sobre los atentados terroristas de Barcelona y Cambrill del 17 de agosto de 2017, el comisario insiste en que los papeles del CNI desclasificados son falsos. Y se basa en que nadie clasifica como secreto de Estado unos documentos con un contenido tan irrelevante como el que se ha hecho público por parte de los espías. Tales documentos los desclasificó el Gobierno por exigencia de sus socios de Junts, el partido de Puigdemont. A continuación, la segunda parte de la entrevista.

Pregunta.- Insiste usted en que los documentos del CNI sobre los atentados de Barcelona son falsos. ¿Puede probarlo?

Respuesta.- Aparte de los indicios y pruebas que estoy exponiendo y que, como ya le referí, constan pormenorizadamente en mi libro «El Estado contra mí«, está el hecho obscenamente evidente de que con un contenido tan irrelevante jamás se puede considerar “secreto de estado”.

¿Cómo puede considerarse un secreto el mero hecho de que el CNI ha contactado con un sujeto [el imán de Ripoll] para hacerlo colaborador y que finalmente se descartó esa opción?  ¿Es un secreto mantener varias reuniones con el Imán y finalmente no optar por tenerlo en las filas de los colaboradores? ¿Qué ocurre, que todos los contactos frustrados que se hacen para la captación de fuentes humanas, son secreto de estado?…

Entonces no habría espacio físico para guardar en el “archivo de secretos” las actuaciones que finalmente no conducen a nada.

¿Qué necesidad hay, pues, de mantener en secreto una relación inexistente? ¿Cuál es su importancia? ¿Por qué no se hicieron públicos estos documentos en el juicio para así despejar las dudas que se suscitaron durante el plenario y acallar a cuantas versiones señalaban esa relación? -se pregunta el comisario.

P.- ¿Y no puede ser que esos documentos estuvieran clasificados como tal dado que es secreto hasta la manera de proceder del CNI y su conocimiento desvele cómo actuaron?

R.- Lamentablemente esa pregunta demuestra lo que es obvio, que continuamente se ningunea a la ciudadanía, considerando secreto hasta las nimiedades y que para contestar a una duda más que razonable sobre una relación entre un terrorista y el Centro Nacional de Inteligencia se opta por justificar esa inexistencia con el contenido de unos documentos que avergonzarían sin duda a cualquier servicio de inteligencia serio y respetable, pues tratan de justificar lo injustificable.

Al final, lo que es evidente, incluso con el texto filtrado, es que no supieron detectar a un potencial terrorista, y no solo lo descartaron como colaborador, sino que dejaron de vigilarlo, lo que les pone en evidencia, por mucho que ahora crean que gracias a lo que pone en esos documentos, ya se libraron de toda responsabilidad, incluso in vigilando.

P.- Pero sigue sin aportar ningún dato que mantenga su versión. Una teoría que desde el CNI insisten en que con ella se alienta al separatismo

R.- Con mi versión sólo pretendí criticar las conductas con la que se tapan los errores, que en lugar de corregirlos se encubren. Ese pensamiento crítico que he tenido toda mi vida lo usé para buscar un correcto funcionamiento de las instituciones, en especial tan esenciales como el CNI. En modo alguno dije que existían oscuros propósitos, ni que existiera un terrorismo de Estado al modo de los GAL con el fin de atentar en Cataluña.

P.- ¿Cuáles son, según usted, esos vestigios que evidencian que existía un control del CNI sobre el Imán que falló y no evitó los atentados?

R.- De la mera lectura con detalle de lo que se ha filtrado para intoxicar a la ciudadanía y, con ello, tranquilizarla, se infieren multitud de contradicciones. La primera es que el propio Es Satty [el imán de Ripoll] en abril de 2014, escribió de su puño y letra una carta de cuatro páginas desde Castellón a los agentes del CNI que SEIS VECES le habían visitado en prisión durante más de dos años.

El Imán justificó colaborar por «las amenazas de muerte que había recibido por parte de esta supuesta organización criminal que viene refiriendo, así como su deseo de no regresar a Marruecos».

Cuando Félix Sanz Roldán, ex director del CNI, en comisión parlamentaria, no tuvo más remedio que reconocer esas visitas dijo que “en varias ocasiones, dos veces o como mucho tres, podría ser cuatro, no lo sé”; como si algo tan trascendente, pudiera haberlo olvidado o menos verosímil aún, que no se hubiera preparado bien el número de esos encuentros, para así restarle importancia a los mismos.

Además, pocos días antes de los atentados estuvo precisamente en Marruecos, pese a que decía que tenía miedo a viajar allí. Así consta en un informe del CNI que por supuesto no se reconoce.

P.- ¿No cree que si no le dio importancia fue porque realmente no la tuvo?

R.- De nuevo es una contradicción palpable, la falta de importancia del Imán, con el contenido de los documentos que se filtraron, ya que según el análisis grafopsicológico de esa carta, el CNI llegó a la conclusión de que “es una persona que se aburre en casa, necesita acción”, individuo “con una inteligencia alta y con muy buena memoria, con capacidad de discernimiento alto y preciso, capaz y resolutivo, con las ideas claras, trabajaba para él e iba por libre debido a su alta independencia, capaz de manipular con eficacia”.

Ese análisis que consta en esos informes secretos que se han hecho públicos evidenciaban que era un líder en potencia que, además, según un informe del CNI de 17 de marzo de 2014 se le había preguntado por su vinculación con los principales líderes de la Operación Chacal, tras ser detenida en 2006 una célula terrorista del GICM (Grupo Islámico Combatiente Marroquí) con vínculos en Bélgica sospechosos de haber actuado en el 11M. Pese a ello, ¿no valoraron su riesgo?

P.- Pero esas valoraciones siguen siendo subjetivas y una acusación tan grave como la que hizo en el Congreso debería sustentarse en datos concretos, ¿dónde están?

R.- La acusación grave que, según usted, dije en la Comisión, de que, en mi opinión, los atentados se pudieron evitar, la mantendré hasta el final de mi vida. Como dije en el Congreso, dos años antes, en junio de 2015 alerté de esas posibilidades mediante tres notas de inteligencia que no las valoró Sanz Roldán.

Y no lo hizo porque era yo quien las emitía y su inquina hacia mí era pública y más que notoria, y por eso, cuando ocurrieron los atentados y yo manifesté mi rabia, me mandaron callar en un correo de septiembre de 2017, con la amenaza de ser detenido. Y eso no lo digo yo, el contenido de ese correo lo publicó el fiscal Stampa en su libro, ya que él tuvo acceso, porque está en los archivos que se me incautaron al detenerme.

P. – Sigue usted sin concretar nada que sirva para sustentar su versión del que el CNI estaba relacionado con el imán y que si hubiera estado más alerta, los atentados no se habrían producido

R.- Si se refiere a que debo presentar las pruebas irrefutables de lo que digo, le insisto en que en el mundo de la inteligencia no se suelen dejar demasiados rastros de las actividades que se realizan, por la inequívoca razón de que son actividades secretas y/o cuanto menos, opacas.

No obstante, en este caso, como ha sido siempre norma en mi manera de actuar, procuré documentar mis actuaciones, al menos internamente. Y ahí están esas notas que elaboré mucho antes de los atentados, Y pienso que ese contenido debía conocerse, para que sea la ciudadanía quien valorare su importancia.