Hoy: 23 de noviembre de 2024
Cada vez, y lo celebro, viene con más frecuencia a España. Antes, eran motivo de incordio sus viajes, sobre todo para la izquierda y la extrema, que siempre están disgustados por lo que sea. Ahora, con tanto deshollinador en el Gobierno, ya nadie se pregunta quién paga los muchos y caros viajes del emérito ni cuántas maletas trae o lleva en sus vuelos privados. Seguramente serán fruslerías para los nietos, las mismas que Delcy traía desde Venezuela para los hijos o allegados de tantos socialistas como la estaban esperando.
Tengo yo entendido (vayan ustedes a saber si son hablillas de desocupados), que el emérito se equivocó al ponerse de acuerdo con un general siniestro para defenestrar a un personaje, que no lo era, y que además lo estaba defendiendo. Al parecer, a los dos les estorbaba y, como eran poderosos, se pusieron manos a la obra. No lo consiguieron del todo. Pero casi.
Hago votos para que al emérito lo dejen ya en España de una vez. Las regatas no hay quien las gane sin su maestría… Además, con más de ochenta y cinco años, la Providencia tiene que hacer un esfuerzo diario para que no se nos muera en cualquier sitio.