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El Supremo confirma la condena a prisión permanente revisable por la muerte alevosa de un niño cometido por la pareja de la madre

mujer con un niño

Una mujer y un niño abrazados frente a un puño amenazador.

El Tribunal Supremo ha condenado a prisión permanente revisable por el asesinato de un bebé en Elche a la madre, por consentirlo sin hacer nada, y a la pareja de ella como autor. El Pleno de la Sala de lo Penal ha ratificado la jurisprudencia que considera compatible la prisión permanente revisable con la muerte alevosa de un niño. El fallo se adelantó el pasado 31 de mayo. 

La sentencia estima el recurso de la acusación particular y condena a la pena de prisión permanente revisable por el asesinato del niño tanto a la madre (por omisión) como al hombre con el que convivía la misma, quien fue el autor de la paliza que derivó en la muerte del menor, en septiembre de 2018 en la casa en la que convivían los tres.

El homicidio ocurrió en Elche el 13 de septiembre de 2018. El niño fue conducido al hospital por su novio y por ella misma. al llegar al hospital el menor estaba inconsciente y presentaba heridas por todo su cuerpo. La madre declaró ante los médicos que el niño se había caído en la bañera, según informa La Vanguardia.

Los médicos que le atendieron en ningún momento dieron por veraz esta versión porque el pequeño presentaba diferentes lesiones, como hematomas, eritemas o fracturas a causa de los malos tratos que padecía de forma habitual, según consta en la sentencia, y dieron parte a la Policía Nacional. Ese mismo día, la pareja fue detenida. La Consejería de Igualdad y Políticas Inclusivas de la Generalitat Valenciana asumió la tutela del pequeño, que fue trasladado a la UCI pediátrica del Hospital General Universitario de Alicante.

Poco después, el hombre confesó y la mujer lo refrendó. Tal como recoge la sentencia, ese día, pese a la “alta probabilidad de que se pudiera producir la muerte del menor y aceptándolo”, volvió a sacudirle golpes. En días anteriores, dice el escrito, le había estado propinando “todo tipo de palizas y golpes (bofetadas, puñetazos, etc.) en distintas partes del cuerpo”. En la última, además, lo ahogó hasta dejarlo sin respiración que fue lo que le provocó la muerte definitiva.

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