Irene Rosales ha decidido hablar por primera vez sobre su ruptura con Kiko Rivera. La sevillana reconoce que su matrimonio no pudo sostenerse y lo atribuye a una dinámica que, según ella, la perjudicó como esposa. «Mi matrimonio se ha roto porque he sido más madre que esposa», confesó en una entrevista reciente.
Tras años de relación, Irene asegura que se centró demasiado en su familia. Sus hijas y la vida cotidiana se convirtieron en su prioridad. Esto provocó que la pareja se distanciara emocionalmente. Irene explica que, aunque siempre ha querido lo mejor para sus hijas y para su hogar, descuidó su rol de compañera y esposa.
Irene y Kiko comenzaron su relación en 2014 y se casaron poco después. Durante nueve años compartieron momentos felices, pero también dificultades. Según la propia Irene, la rutina y la convivencia diaria terminaron afectando la relación. «Convivíamos como familia, pero no como pareja», admite.
La presión de asumir tanto en casa y el cuidado de sus hijas provocó que Irene sintiera que estaba sola en la relación. «Siempre estaba pendiente de todo y de todos. Mi pareja y yo dejamos de ser equipo», explica. Este desgaste silencioso fue, en su opinión, el principal motivo de su separación.
Además, la exposición mediática y los rumores también sumaron tensión. Irene asegura que los comentarios sobre su vida personal generaron un peso extra que complicó la relación. A pesar de todo, afirma que nunca hubo infidelidad de su parte y que siempre trató de mantener la integridad de la familia.
Tras anunciar su separación, comenzaron a surgir rumores sobre su vida sentimental. Irene confirma que ahora está conociendo a un empresario sevillano llamado Guillermo. Sin embargo, aclara que esta nueva relación comenzó después de la ruptura y que no tiene relación con los problemas de su matrimonio.
Irene subraya que su prioridad sigue siendo el bienestar de sus hijas y mantener una relación cordial con Kiko. Reconoce que la separación ha sido un proceso doloroso, pero también necesario para reencontrarse consigo misma. «He aprendido que hay momentos en los que ser madre no puede eclipsar tu identidad como esposa y mujer», reflexiona.
En conclusión, Irene Rosales deja claro que su ruptura con Kiko Rivera se basa en un desgaste emocional y en la necesidad de priorizar su bienestar personal. A través de su testimonio, comparte un mensaje honesto sobre la importancia del equilibrio entre familia y pareja.