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El poder de la Asociación Nacional del Rifle que seduce a actores y financia a presidentes

Policias vigilan el entorno del colegio de Uvalde

Una veintena de niños inocentes que no sobrepasan los 10 años y dos maestras fueron asesinados brutalmente en un tiroteo el pasado martes en Uvalde una pequeña localidad de Texas. En lo que va de año ya ha habido 27 tiroteos en escuelas americanas. En 2022 ya ha habido en EE UU al menos 213 tiroteos masivos. Según Gun Violence Archive (GVA), este año han muerto por arma de fuego 7.626 personas, según informa 20minutos.

Si hay armas, se acaban usando. En EE UU viven casi 332 millones de personas y hay 393 millones de pistolas, según calcula el Centro Giffords. Más armas que personas. La autodefensa parece estar en el ADN del norteamericano, del mismo modo que los pioneros del Oeste, del modo que nos han mostrado los westerns de Hollywood.

Ante la magnitud de la tragedia del martes, ¿habrá entonces cancelado o pospuesto la NRA la celebración de su convención? No, en absoluto. Comienza este viernes y se clausura el domingo. La asociación se ha limitado a transmitir sus condolencias a las familias y a describir el tiroteo de Uvalde como la obra de un “criminal solitario y trastornado”.

LA CONVENCIÓN ANUAL ES EN TEXAS, NO MUY LEJOS DE UVALDE

Y si hay tantos millones de armas en EEUU queda claro el poder que tienen los portadores y defensores de las armas. Están organizados en torno a la Asociación Nacional del Rifle (NRA, por sus siglas en inglés). Para ese fin de semana estaba convocada su convención anual, en Houston (Texas), no muy lejos de Uvalde (a 430 km).

“Nuestras más sinceras condolencias están con las familias y las víctimas involucradas en este horrible y malvado crimen. En nombre de nuestros miembros, saludamos la valentía de los funcionarios de la escuela, los primeros en responder y otros que ofrecieron su apoyo y servicios”, ha escrito la NRA en un comunicado.

Como otras veces, como tras otras tragedias, un lamento, una oración y a continuar como hasta ahora. “Cuando nos reunamos en Houston, reflexionaremos sobre estos eventos, rezaremos por las víctimas, reconoceremos a nuestros compatriotas y nos comprometeremos a redoblar nuestro compromiso para hacer que nuestras escuelas sean seguras”, dice la asociación.

Que las cosas cambien es lo que han intentado los últimos presidentes demócratas. Trabajó para ello Barack Obama y también Joe Biden, entonces como vicepresidente y ahora como presidente. Pero no hay manera. Sus esfuerzos para que el acceso a las armas se vea dificultado (filtrado) en alguna medida chocan siempre con la roca republicana. El partido del elefante es, claro, un firme aliado de la Asociación Nacional del Rifle.

En las últimas horas la portavoz de la Casa Blanca, Karine Jean-Pierre, ha señalado la responsabilidad de la NRA, porque contribuye al problema de la violencia armada en EE UU. “Representan los intereses de la industria de las armas, los fabricantes de armas que comercializan armas de guerra entre los adultos jóvenes. No representan a los propietarios de armas que saben que debemos tomar medidas”, ha dicho.

DE FABRICANTES A PROPIETARIOS

La Asociación Nacional del Rifle presume de ser “la organización de derechos civiles más antigua de Estados Unidos”. Se creó en 1871, por iniciativa de dos oficiales veteranos de la Guerra Civil, como un grupo recreativo que quería “promover y fomentar el tiro con rifle sobre una base científica”. Estaban “desolados por la falta de puntería de sus soldados”.

Al hablar de antiguedad la NRA alude a la propia Constitución de los Estados Unidos, que en su Segunda Enmienda dice: “Siendo necesaria una milicia bien ordenada para la seguridad de un Estado Libre, no se violará el derecho del pueblo a poseer y portar armas”. Por eso la asociación presume de estar integrada por “orgullosos defensores de los patriotas de la historia y diligentes protectores de la Segunda Enmienda”.

DE CLINT EASTWOOD A WHOOPI GOLDBERG

La NRA es muy poderosa. Asegura tener más de cinco millones de seguidores, aunque sus críticos (los grupos que abogan por el control de la venta de armas) aseguran que esa cifra está inflada. Sin embargo, puede que sean más.

Una investigación de 2017 del Pew Research Center (un think tank de Washington) calculó que cerca de 19 millones de personas se reconocen como miembros de la NRA, aunque no militen en ella. Ya se encarga la asociación de estar viva. Tiene varias revistas, ofrece cursos de entrenamiento sobre el uso de armas y organiza eventos de ventas de armamento y de tiro por todo el país.

El más famoso presidente de la Asociación Nacional del Rifle ha sido Charlton Heston. El de Ben Hur fue su mejor cartel y ya es mítica su frase: “Sólo me lo quitarán de mis manos frías y muertas”. Se refería al Winchester que blandía al decirlo.

Heston ya no está, pero su lugar lo pueden ocupar otras figuras bien populares como Clint Eastwood, Whoopi Goldberg, Chuck Norris o Tom Selleck. Este último es miembro de la junta directiva. Amantes y defensores de las armas son también Eric Clapton, Chris Pratt, Ashton Kutcher o Demi Moore.

Pero más poder y capacidad de influencia le da a la NRA la política. Podría decirse que tienen un partido, el republicano, que apoya sus tesis contra el control de armas. Son uña y carne. Defienden una misma manera de ser norteamericano, mítica y violenta.

NUEVE PRESIDENTES HAN SIDO MIEMBROS DE LA ASOCIACIÓN DEL RIFLE

Por eso no debe extrañar que nueve presidentes de Estados Unidos hayan sido miembros de la Asociación Nacional del Rifle. Aunque oficialmente su entrada en la política no ocurrió hasta 1934. Aquel año fue la primera vez que envió a sus asociados proyectos de legislaciones sobre el acceso y la compra de armas y fruto de ello fue la aprobación de la Ley Nacional de Armas de Fuego.

Años más tarde, en 1968, promovió y consiguió una nueva regulación que aún facilitaba más el acceso al armamento del común de los ciudadanos del país. En 1975 creó su lobby, el Instituto para la Acción Legislativa (ILA), como instrumento de influencia sobre la clase política y, decía, por la “importancia crítica de una defensa política de la Segunda Enmienda”. En 2021, según Open Secrets, el ILA gastó 4,9 millones de dólares sólo en donaciones directas a legisladores.

Durante la parte final de siglo XX y lo que llevamos del XXI, la NRA ha utilizado todos sus recursos, eso incluye al partido republicano, para evitar cualquier tipo de control de la venta y uso de armas. Según una investigación de The Washington Post, en estos años la asociación ha tenido poder para nombrar candidatos a gobernadores, al Congreso o, incluso, a la presidencia del país.

Marcar a los candidatos de la A a la F

Igual que hace trabajo en pro de un candidato puede hacerlo en contra. Según el Centro para Políticas Responsables (CRP, por sus siglas en inglés), la NRA gastó casi 20 millones de dólares contra la campaña de Hilary Clinton a la presidencia. Y a la vez, dedicó 50 millones a apoyar la candidatura de Donald Trump.

Para señalar bien a los candidatos de cualquier elección, la asociación cuenta con un comité que evalúa las opiniones y las posiciones de los mismos en el debate sobre el control de armas. Usan una escala que va de la A a la F. Un candidato con una A es muy pro “armas libres” y en el otro extremo, uno con F es, para la NRA, un radical a favor de controlar la venta y uso de armas.

Esas marcas, según se opongan o no a la regulación, llegan a los millones de asociados y simpatizantes de la Asociación Nacional del Rifle en todo Estados Unidos. Ese es su poder. 

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