El anuncio se produce en medio de una atmósfera de temor generalizado ante la falta de gas
El suministro de gas ruso a través del gaseoducto Nord Stream 1 se retomará el próximo jueves después de un parón de diez días que comenzó el pasado 11 de julio y que generó una oleada de pánico en Europa occidental.
A pesar de la noticia, las dudas continúan asaltando a las principales potencias, que se muestran reacios a creer que el índice de suministro se mantenga inalterable. Según fuentes cercanas al Wall Street Journal, se cree que Gazprom volverá a los niveles de abastecimiento gasístico previos al 11 de julio. Esta medida afectaría especialmente a Alemania, una de los principales beneficiarios del Nord Stream y consumidora habitual de al menos un 55% del gas ruso.
El canciller, Olaf Scholz, ha recomendado a los ciudadanos que se preparen para un “invierno sin gas ruso” y les ha instado a que “ahorren en la medida de lo posible”, pues el aumento en los precios de la energía podría llegar a ser “un explosivo social”.
A este respecto se ha pronunciado la Agencia Internacional de la Energía (AIE). Su presidente, el turco Faith Birol, ve posible lograr un almacenamiento gasístico de al menos un 90% contando con que Rusia mantenga un índice mínimo de suministro durante el verano. El plan de este organismo se basa en “impulsar el almacenamiento de gas mediante la reducción de la demanda de empresas y hogares, aumentando temporalmente el recurso al carbón y al petróleo en la generación de electricidad”, así como la energía nuclear en última instancia.
Birol asegura que el corte total del gas llevaría a una situación europea “increíblemente precaria”. El ministro de Asuntos Exteriores, Unión Europea y Cooperación, José Manuel Albares, asevera que España “está mejor preparada energéticamente que otros que tienen una mayor dependencia del gas ruso” y, por tabnto, afrontaría el invierno con mayor holgura.