Hoy: 22 de noviembre de 2024
El Ejército de Tierra ha adquirido un total de 166 trajes NBQ de la máxima protección contra agentes químicos, biológicos y radioactivos por un importe que supera los 600.000 euros, según la adjudicación publicada en la plataforma de contratos del Estado, consultada por Europa Press.
En concreto, se trata de uniformes de reconocimiento NBQ de categoría III, la máxima dentro de los niveles de seguridad de los equipos de protección individual (EPIS). Esto exige que el traje proteja contra agentes biológicos, contra partículas radioactivas y contra agentes de guerra química como el gas mostaza, el gas sarín, la lewisita o el VX, considerada arma de destrucción masiva.
El pliego de condiciones del contrato, adjudicado de forma negociada con publicidad, detalla que el Ejército de Tierra requiere de 166 trajes antes del 15 de diciembre, con un coste unitario de 3.130 euros (3.787,30 con IVA).
Los requisitos técnicos determinan una serie de exigencias para que los trajes de los militares cumplan con las más estrictas medidas de seguridad, como que cuenten con protección química hermética a gases con suministro de aire o que tenga un diseño para ser usado con equipo de respiración autónoma y máscara.
Se trata de trajes de una sola pieza que protegen totalmente al usuario y al equipo de respiración, con una gran ventana que facilite la visibilidad y elevada resistencia y durabilidad. Además, el Ejército de Tierra exige que sea de color verde oliva, mientras que las botas serán también verdes o negras.
Precisamente, el pasado mes de febrero el Ministerio de Defensa realizó un envío a Ucrania de 20.000 kilos de equipos de protección individual y material sanitario a Ucrania entre los que se encontraban trajes de protección NBQ.
Sin embargo, desde Defensa no han concretado si esta compra se realiza para reponer el stock disponible del Ejército de Tierra. Tanto el Jefe de Estado Mayor de la Defensa (JEMAD), almirante general Teodoro López Calderón, como la ministra Margarita Robles han alertado durante los últimos días de los problemas que están encontrando los países para reponer el armamento y material militar que se envía a Ucrania.