El Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) ha lanzado una urgente advertencia sobre la crítica situación que atraviesa Haití, sumido en «una violencia espantosa» que en los últimos días ha alcanzado «un nivel sin precedentes de anarquía».
Este deterioro añade nuevos desafíos a un país donde ya dos de cada tres niños necesitan asistencia humanitaria. Catherine Russell, directora ejecutiva de Unicef, denunció un contexto marcado por «violaciones de los Derechos Humanos, secuestros y un desprecio total por la vida y el bienestar de los niños, niñas y sus familias, así como por los servicios esenciales de los que dependen».
La situación ha empeorado significativamente desde la semana pasada, con una liberación masiva de presos y una escalada de violencia en las calles, lo que complica la movilidad de la población y restringe cada vez más los servicios esenciales.
Russell alertó que «los espacios para los niños y las niñas se han transformado en campos de batalla, los servicios sociales críticos están al borde del colapso, los puertos y el aeropuerto del país están comprometidos, y la respuesta humanitaria en la que millones de niños, niñas y civiles confían como último recurso ha quedado paralizada».
Las bandas criminales utilizan tácticas abusivas, desde la destrucción de viviendas hasta la violencia sexual, para infundir miedo entre la población. A pesar de décadas de inestabilidad política y crisis acumuladas, Russell enfatizó que la situación actual «no tiene por qué ser así». Instó a los actores locales e internacionales a actuar de inmediato, ya que «la violencia y el desorden en Haití alcanzan un nuevo y aterrador nivel».
Unicef hizo un llamamiento urgente a la comunidad internacional para que tome medidas inmediatas. Entre las recomendaciones se incluye el fortalecimiento de las instituciones haitianas, incluidas las fuerzas de seguridad, el aumento de las donaciones y la protección de escuelas, hospitales y acceso humanitario.
Russell destacó que «la comunidad internacional debe colaborar con el pueblo haitiano y ayudar a proporcionar una respuesta que pueda restaurar la confianza, la esperanza y el respeto por el derecho internacional de los derechos humanos», subrayando que «la situación actual de inseguridad, miedo y privaciones es inaceptable».