Hoy: 22 de noviembre de 2024
Según un estudio llevado a cabo por la University College de Londres (UCL, por sus siglas en inglés), las personas que duermen cinco horas o menos, a los 50 años, tienen un 20% más de probabilidades de diagnóstico de una enfermedad crónica.
La investigación, publicada en la prestigiosa revista científica PLOS Medicine, analizó el impacto del sueño de más de 7000 hombres y mujeres de 50, 60 y 70 años de edad.
Los investigadores examinaron la relación entre el tiempo que durmió cada participante, la mortalidad y si habían sido diagnosticados con dos o más enfermedades crónicas (multimorbilidad), como enfermedad cardíaca, cáncer o diabetes, en el transcurso de 25 años.
Asimismo, el estudio concluyó que dormir cinco horas o menos a la edad de 50, 60 y 70 años se vinculó con un aumento del 30 % al 40 % en el riesgo de multimorbilidad en comparación con quienes dormían hasta siete horas.
Los autores también concretaron que la duración del sueño de cinco horas o menos a los 50 años se relacionó con un aumento del 25 % del riesgo de mortalidad durante los 25 años de seguimiento. Esto puede explicarse principalmente por el hecho de que una breve duración del sueño aumenta el riesgo de enfermedades crónicas, enfermedades que a su vez aumentan el riesgo de muerte.
La autora principal, la Dra. Severine Sabia (Instituto de Epidemiología y Salud de la UCL e Inserm, Université Paris Cité) destacó que “la multimorbilidad está aumentando en los países de altos ingresos y más de la mitad de los adultos mayores ahora tienen al menos dos enfermedades crónicas. Esto está demostrando ser un gran desafío para la salud pública, ya que la multimorbilidad está asociada con un alto uso de los servicios de salud, hospitalizaciones y discapacidad”.
“A medida que las personas envejecen, sus hábitos y la estructura del sueño cambian. Sin embargo, se recomienda dormir de 7 a 8 horas por noche, puesto que las duraciones de sueño por encima o por debajo de esto se han asociado con enfermedades crónicas individuales.”
Para garantizar una noche de descanso adecuada es importante promover una buena “higiene” del sueño. Por ejemplo, debemos asegurarnos de que la habitación esté tranquila, oscura y a una temperatura agradable antes de dormir. También se recomienda evitar los dispositivos electrónicos y las comidas copiosas antes de acostarse. La actividad física y la exposición a la luz solar durante el día también podría promover un buen descanso.
Como parte del estudio, los investigadores también evaluaron si dormir durante un período prolongado, de nueve horas o más, afectaba a los resultados de salud. Sin embargo, no hubo una asociación clara entre la duración prolongada del sueño a los 50 años y la multimorbilidad en personas sanas.
No obstante, si a un participante ya se le había diagnosticado una afección crónica, la duración prolongada del sueño se asocia con un aumento del 35 % en el riesgo de desarrollar otra enfermedad. Los investigadores creen que esto podría deberse a condiciones de salud subyacentes que afectan el sueño.
Esta investigación se suma a otras muchas que siguen en aumento que destacan la importancia de dormir bien por la noche.
El estudio ha sido financiado por el Instituto Nacional sobre el Envejecimiento, parte del Sistema Nacional de Salud británico; el Consejo de Investigación Médica del Reino Unido y la Fundación Británica del Corazón.