ALFONSO PAZOS FERNÁNDEZ
Hace unos días, mi buen amigo Pepe Villarejo, y sí, digo bien, mi buen amigo, pese a quien pese, me mandó un mail con un auto de nuestro juez estrella del momento García Castellón, por el cual se sobreseía de la causa DP 96/2017, más conocida como “Caso Villarejo” a D. Juan Carlos Escribano Cárcel.
D. Juan Carlos Escribano había cometido el peor delito de todos los que se pueden cometer, era socio del enemigo público número uno de aquel momento, el Comisario Villarejo, en la clínica que tenían en Estepona.
La denuncia que dio inicio a esta pieza partió del exalcalde de Estepona, del partido político podemos y de una periodista un tanto obesa y con el pelo grasiento.
Después de siete años imputado, con las cuentas congeladas y ahora arruinado, el mismo juez estrella García Castellón dice que no parece que hubiera ningún delito por ser socio del Comisario Villarejo.
La policía que investigó, el juez que abrió las diligencias, la fiscalía que apoyó todas las medidas coercitivas tomadas contra este señor, se van de rositas. Y si recibe algún tipo de indemnización se puede dar con un canto en los piños.
No le di mayor importancia a este mail porque después de lo que hemos vivido el Comisario Villarejo y yo mismo junto con nuestras propias familias, esto me resulta de lo mas normal, el pan nuestro de cada día. Hasta el pasado viernes.
Cuando saltó la noticia que un maléfico juez de Madrid había osado aceptar una denuncia del sindicato vertical y ultra-extra-supra-nacionalsocialista, “Manos limpias”, contra la honrada, pía, angelical y por supuesto inocente mujer del Sr. Presidente del Gobierno, Begoña Gómez, rápidamente los medios afines al gobierno del momento, los “rojos” (de boquilla, ya que yo si soy millonario como Ferreras y compañía también soy comunista) pusieron a trabajar a sus colaboradores, sus “todólogos”.
Uno de ellos, el Magistrado Joaquim Bosch, dijo ese mismo viernes y antes de que el Presidente del Gobierno maniobrara estratégicamente con su maravillosa carta a la ciudadanía, que el daño reputacional que se le había infringido a Dña Begoña Gómez y a su Sr. Esposo era irreparable.
Como abogado me quedo sorprendido, como preso que soy, me deja estupefacto, como ciudadano medianamente inteligente que me considero, me deja sin palabras.
Cuando se presenta una denuncia, el Juez la revisa y si considera que hay indicios de delito y hay que seguir investigando, abre diligencias para continuar indagando. Creo que eso es así. Parece ser que el Magistrado Joaquim Bosch quiere decirnos que el juez satánico que ha abierto las Diligencias lo ha hecho para causar un “daño reputacional”, que las pruebas eran falsas e insuficientes. ¿El Juez de Instrucción ha prevaricado?
Yo creía que los jueces son independientes en el ejercicio de su labor, tanto los de instrucción como los del Tribunal Supremo. Parece ser que el Magistrado Bosch opina lo contrario.
Otra lectura de lo dicho por este señor es que no todos somos iguales ante la ley y la in-justicia. Estamos los robagallinas, a los cuales se les puede tener imputados durante años, aunque después se sobresean las actuaciones, y están los VIP’s. A los cuales no se les puede abrir diligencias porque “el daño reputacional es irreparable.” También estamos los amigos o socios del Comisario Villarejo, los que creemos que los “rojos” mienten más y mejor que los “azules”, que también mienten, etc.
Inmediatamente, los medios afines al Régimen, investigaron y sacaron a relucir los trapos sucios del malvado juez que había osado semejante aberración. Que si había aceptado más denuncias del malvado sindicato “Manos Limpias”, que si se masturbaba en el Instituto, etc., etc.
Pero tranquilos. El daño reputacional de la señora Begoña Gómez será mínimo. O no. No obstante la fiscalía tardó diez minutos en salir a la palestra y pedir el archivo de la denuncia. Para que después digan que la justicia va lenta.
También salieron a defender la honorabilidad de la esposa del líder del Régimen sus adláteres como la Vicepresidenta del Gobierno, y “aspiranta” a presidenta, María Jesús Montero, aduciendo que se habían traspasado todas las líneas rojas, que el PP y VOX, últimos responsables de semejante ataque a la Democracia estaban enfangando la arena política, que si la “derechona”, ¡Ah! No. Eso lo decía otro vicepresidente del Gobierno, Alfonso Guerra. Y por supuesto Félix Bolaños, alias “El despeinao”, quien no se inmuta mientras miente a diestra y siniestra (la diestra no le cree, pero la siniestra se ha echado a la calle tras el llamamiento a la movilización, como en Fuenteovejuna).
El Presidente del Gobierno, D. Pedro Sánchez, dijo ese mismo viernes en el Congreso que a pesar de todo seguía creyendo en la Justicia de este país. Seguro que sí. Seguro que a su señora esposa no la tienen 72 horas en unos calabozos inmundos como tuvieron hasta en dos ocasiones a la mujer de Pepe Villarejo y en una ocasión a la mía. Seguro que sus Diligencias Previas no se alargan durante siete años y después dicen que no había nada.
Yo, desde luego, no creo ni confío en la justicia de este país. Y menos después de oír hablar al Magistrado Joaquim Bosch sobre el daño reputacional causado a una persona y olvidarse del daño reputacional causado a miles de ciudadanos. Se nota que el Magistrado Bosch está preparando el terreno para pedir un Ministerio.