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Cuba espió y tuvo contactos con el Grupo Wagner en Venezuela

Pasaporte de Asdruval de la Vega Orellana ex militar Cubano. /CC

Pasaporte de Asdruval de la Vega Orellana ex militar Cubano. /CC

La Habana cortó los lazos, cuando ONU publicó un informe sobre mercenarios que incluía a los paramilitares rusos del wagner; a los que siguió espiando.

Cuba estableció contactos y espió al grupo Wagner en Venezuela, pero La Habana interrumpió los contactos, cuando Naciones Unidas publicó un informe sobre mercenarios, que incluía a los paramilitares rusos; aunque siguió monitorando sus comunicaciones, reveló a FUENTES INFORMADAS el ex oficial operativo de la Inteligencia militar de la isla Pablo Villarreal Trujillo, exiliado en Europa.

“Cuando el Grupo Wagner desembarcó en Venezuela, entre 2016-2017; siempre según el ex militar cubano, el Estado Mayor destinó un grupo de oficiales operativos; especialmente aquellos que tenían experiencia en Inteligencia Militar, para que conformaran, alrededor del presidente (Nicolás) Maduro un anillo de Seguridad y Protección”, sostuvo Villarreal, que asegura el mecanismo fue muy ventajoso para Cuba porque permitió tener “acceso casi ilimitado” al mandatario y su entorno.

Otras fuentes aseguran que las huestes de Yevgueni Prigozhin se establecieron en Venezuela en 2019, pero el ex oficial cubano aclara que tenían presencia previa, “principalmente vinculada a la protección de intereses rusos en Venezuela, pero el gobierno venezolano afloró su estancia, hace cuatro años, como una demostración de fuerza ante la crisis de Maduro”.

El jefe del anillo cubano en torno a Maduro era el coronel Asdruval De la Vega Orellana, casado con la entonces viceministra de Relaciones Exteriores Ana Teresita González Fraga, que controlaba la cooperación del gobierno cubano con diferentes países. Actualmente, González es la vice titular del Ministerio de Comercio Exterior, para la Inversión Extranjera y la Cooperación.

“Asdrúval aprovechó su matrimonio para que controláramos la estructura administrativa de la colaboración cubana en Venezuela; tejiendo una red con oficiales operativos propios, agentes y personas de confianza nativos, detalló Villarreal.

El Estado Mayor de La Habana ordenó que, “toda la información sobre el Grupo Wagner, se la pasáramos directamente; sin procesarla y que, si contenía datos operativos de importancia para nuestro anillo en torno a Maduro, ellos los pasarían”, describió Villarreal.

“Hubo un interés informativo muy marcado desde nuestra jefatura, en saber cómo funcionaba todo ese entramado. Cómo era la compañía, dónde estaba registrada, bajo que legislación funcionaba, cómo eran los reclutamientos, cómo adquirían los medios de combate y todo lo relacionado con la retaguardia y el apoyo logístico”, precisó.

“Pero lo más curioso de todo fue que, al llegar a Cuba, nos ordenaron que nos entrevistáramos con un funcionario de Gaesa (consorcio militar-financiero-empresarial) con los jefes de la corporación ANTEX, S. A. (empresa castrense) y con un especialista de la Contrainteligencia Militar (CIM) y les ofreciéramos todos los detalles que habíamos recabado sobre Wagner sin límites de secreto y seguridad”, subrayó Villarreal.

Pero el Estado Mayor cubano “ordenó congelar todos los lazos con Wagner y seguir espiándolo, cuando Naciones Unidas publicó un informe sobre grupos mercenarios (www.ohchr.org/es/special-procedures/wg-mercenaries), en los que incluyó a los paramilitares rusos”, remarcó el oficial operativo.

El Grupo de Trabajo de ONU sobre el uso de mercenarios en conflictos y violaciones de los derechos humanos en el mundo, incluyó a los paramilitares rusos de Wagner en sus denuncias y el gobierno cubano optó por cortar vínculos, pero ordenó seguir espiándolos.

Cómo espiaron los cubanos a los rusos

Al llegar el Grupo Wagner, se contacta con ellos para saber qué equipos y medios de comunicación piensan utilizar; explicándoles que queríamos “descartarlos de nuestra exploración radioelectrónica y avisarles de posibles amenazas de Inteligencia hostil a sus comunicaciones”, explicó el ex oficial, que aseguró fue un contacto “abierto, facilitado por la Embajada y la Agregaduría Militar rusa en Venezuela.

“Para mi sorpresa, uno de los jefes de Wagner en Venezuela, lo conocía porque habíamos coincidido en 1989, en el sur de Angola, adonde llegó como joven oficial del GRU (Departamento Central de Inteligencia Militar de Rusia) y yo trabajaba en un punto operativo de la zona, donde intercambiamos informaciones operativas”, relata Villarreal, que asegura que De la Vega “también estuvo allí, como especialista de Información de la Brigada de Exploración Radioelectrónica (BERE) de Cuba.

“Les dijimos que nos interesaría conocer sus experiencias porque en Cuba nuestros sueldos eran muy bajos y ellos lo sabían, por su propia experiencia, como militares soviéticos, y empezaron a alardear de su riqueza y nivel de vida; y nosotros fingimos mayor interés aún en hacernos ricos”, comentó.

“Los rusos nos recomendaron jubilarnos, usando supuestas enfermedades como excusa y que ellos nos darían trabajo en los países donde tenían presencia y nos recordaron que, a cambio de estar a disposición de Maduro, ellos participaban en ventas de oro y petróleo; autorizados por el gobierno venezolano.

El ex oficial operativo de la Inteligencia Militar cubana recuerda que los Wagner “no han sido los únicos mercenarios rusos que han estado en Venezuela y cita como ejemplo que, en 2021, la empresa militar Vegacy Strategic Services, Ltd.; dirigida por Anatoli Smolin, brindó cursos de instrucción para las unidades de reacción rápidas (URRAs) de la Guardia Nacional, y han actuado en operaciones como Autana y Escudo Bolivariano”.

El apoyo de Cuba al Kremlin en su invasión a Ucrania ha reforzado los vínculos entre Moscú y La Habana, pero el gobierno cubano mantuvo un bajo perfil durante la reciente crisis desatada por la rebelión de Prigozhin contra la cúpula militar rusa, por supuestas discrepancias en cuanto a la conducción de la guerra.

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