Las calles de Roma se llenan de expectativa y rezos. Con el inminente inicio del Cónclave que elegirá al sucesor del Papa Francisco, miles de visitantes han decidido quedarse unos días más en la Ciudad Eterna para ser testigos de uno de los rituales más antiguos y enigmáticos del catolicismo, según una información publicada en Europa Press.
Mario y Evelyn, una pareja croata que vive en Irlanda, llegaron para celebrar su aniversario de bodas, pero la coincidencia con el Cónclave los llevó a cambiar sus planes. “Era un viaje corto, pero al enterarnos, no dudamos en prolongar la estancia. Es una ocasión irrepetible”, cuenta Evelyn emocionada.
No son los únicos. Religiosas, turistas curiosos y devotos de todas las edades se suman al ambiente solemne y vibrante que se respira en la Vía della Conciliazione. La hermana Anne, enviada especial de un medio noruego, vive la cita como periodista y creyente. “No se vive esto todos los días. Cubrir el Cónclave desde aquí es un privilegio espiritual y profesional”, afirma.
Aunque algunos visitantes, como Lola y Blanca, no viajaron con la elección papal en mente, reconocen que el ambiente en Roma es “más intenso de lo habitual”, aunque no les ha impedido disfrutar de sus planes turísticos. Muchos de los peregrinos ya han previsto alojamientos alternativos en las afueras de Roma, ante la expectativa de grandes concentraciones. Se estima que la ciudad recibirá un notable aumento de visitantes religiosos y curiosos.
En las próximas horas, cuando la fumata blanca corone el cielo sobre la Capilla Sixtina, se espera que más de 150.000 personas se aglomeren en los alrededores del Vaticano. Como apunta Agustín, un turista argentino, “estar cerca del próximo Papa es algo que emociona, seas o no creyente”.