Trump, como un elefante en cacharrería

El presidente norteamericano, Donald Trump, es la perfecta definición del elefante que entra en cacharrería. Cuando alguien piensa en esa idea le viene a la cabeza el desastre, la destrucción de cosas bonitas y frágiles y hasta el caos y eso, mismamente, es lo que el pelopanocha está empeñado en hacer desde que llegó, por segunda vez, a la Casa Blanca.

No hay día que no haga algo para salir en los telediarios y hasta ahora en ninguna ocasión por algo bueno. Es la perfecta definición de elefante en cacharrería y lo es del sujeto vomitivo, arrogante, odioso, cruel, miserable… simplemente inhumano.

Todo lo que hace o dice es para fastidiar, sea a los emigrantes, los pobres o a los países de su entorno o del más allá. Lo último ha sido la guerra arancelaria en la que se ha enzarzado con Canadá, México y China, a los que impone aranceles en sus exportaciones del 25% para los dos primeros y del 10% para los chinos.

Entre perplejos y dolidos sus dirigentes han respondido con medidas similares con la idea de “trasladar el sufrimiento económico al bolsillo de los estadounidenses y responder “con firmeza” ante la amenaza. Aunque para que nos vamos a engañar, habrá más sufrimiento y dolor económico en esos países que en Estados Unidos. Y ojo, que en Europa estamos inquietos por si el loco carioco este le da por hacer lo mismo, en especial contra países como España que además ha demostrado conocer poco y ubicarlo menos.

Desde el minuto 1 Trump está en una cruzada contra los emigrantes mediante deportaciones masivas a sus países de origen y defiende además que los migrantes deportados estén esposados porque «son asesinos y miembros de pandillas». Para ello no ha dudado en ordenar redadas en viviendas y edificios del país y ha movilizado al Ejército para que refuerce los controles en la frontera con México.

El líder norteamericano que, no lo olvidemos, ha llegado al poder porque millones y millones de ciudadanos lo han votado a pesar de su golpe de estado y de estar judicialmente implicado en varios procedimientos, entre las primeras medidas que ha tomado ha sido despedir a los empleados del departamento de Justicia que trabajaron en sus investigaciones penales, y ha ordenado que se expulse a los soldados transgénero del ejército de EE UU porque ha venido a decir que en los militares solo tienen que haber ‘machotes’ valientes. Entiende pelopanocha que eso de ser transgénero es una «falsa identidad de género» incompatible con los «estándares rigurosos del servicio militar».

Y además de todo eso y en sus ratos libres, el elefante corriendo en la cacharrería se ha distinguido por emprenderla con dureza contra el movimiento ‘woke’, que en su opinión es lo peor de lo peor, y eso que la palabra ‘woke’ significa despertar y está asociada con diferentes movimientos en contra de injusticias sociales y abarca a la igualdad de género, los derechos LGTBI o la justicia climática. Bueno siendo así se entiende más por parte de alguien que niega el cambio climático y solo quiere machotes a su alrededor.

Para Trump el movimiento ‘woke’ es una amenaza para los valores tradicionales y para la libertad de los estadounidenses, una idea a la que se ha unido el argentino, Javier Milei, que habla de un “virus mental» y «un cáncer que hay que extirpar. Dios los cría…