Reducir la cintura es uno de los objetivos más comunes al empezar a entrenar. Queremos vernos más definidas, marcar el abdomen o simplemente volver a sentirnos cómodas con nuestra silueta. Pero hay un detalle importante, ya que no existe una fórmula mágica ni un único ejercicio que elimine la grasa abdominal.
Aun así, hay buenas noticias. Según Alberto de Juan, fisioterapeuta y readaptador deportivo en Clínica Encore, sí es posible conseguir una cintura más estilizada en pocas semanas si se combinan los ejercicios adecuados con una estrategia inteligente. Explicó según recoge Lecturas:
«No se trata de entrenar más, sino de entrenar mejor. Con sesiones bien estructuradas de entre 20 y 30 minutos puedes conseguir resultados reales siempre que seas constante y respetes los principios de progresión y recuperación»
La clave está en entender que el cuerpo funciona como un todo:
«Reducir cintura no significa machacar el abdomen con cientos de abdominales, sino trabajar de forma global: fuerza, control postural, estabilidad y, sobre todo, constancia»
Todo influye, como la alimentación, la postura, los ejercicios de espalda o piernas. Todo determina cómo se ve tu cintura.
Antes de centrarse en ejercicios concretos, conviene recordar que un entrenamiento equilibrado es la base de cualquier cambio físico.
«Los entrenamientos de corta duración pero bien planificados activan el metabolismo, mejoran la composición corporal y reducen el perímetro abdominal sin necesidad de largas sesiones de cardio»
Combinar fuerza y trabajo cardiovascular en intervalos de alta intensidad (HIIT o Tabata) permite mantener el metabolismo activo incluso después del entrenamiento, gracias al efecto afterburn.
«En 20 o 25 minutos puedes conseguir más beneficios que en una hora de ejercicio mal estructurado»
Trabajar el core también tiene ventajas más allá de lo estético. Mejora la postura, previene dolores de espalda y aumenta el rendimiento:
«Un abdomen fuerte no es sinónimo de un abdomen plano, pero sí de un cuerpo más estable y funcional»
La ciencia lo deja claro: no existe la reducción localizada de grasa:
«No puedes decidir dónde perder grasa, pero sí puedes mejorar cómo se ve una zona. En el caso de la cintura, lo ideal es un entrenamiento híbrido que combine fuerza y cardio»
El experto recomienda entrenar de 4 a 5 veces por semana, alternando sesiones de fuerza (2 o 3 días) con entrenamientos cortos de alta intensidad (15 a 25 minutos):
«Este tipo de combinación mejora la composición corporal y acelera el metabolismo»
Un truco de los entrenadores profesionales: trabajar la espalda y las piernas también afina visualmente la cintura.
«Si desarrollas ligeramente la musculatura de la espalda o los glúteos, creas un efecto visual que hace que la cintura parezca más estrecha»
Uno de los errores más comunes es hacer crunches o sit-ups tradicionales. Advierte De Juan:
«Aunque son muy populares, los abdominales tradicionales cargan la zona lumbar, aumentan la presión intraabdominal y, a largo plazo, pueden provocar molestias y hernias discales. Hay alternativas mucho más seguras y efectivas»
Entre sus ejercicios recomendados destacan:
«Es uno de mis esenciales. Implica fuerza, coordinación y estabilidad. En un solo ejercicio trabajas todo el cuerpo»
Y una advertencia:
«Olvídate de entrenar sobre superficies inestables como los bosus. No son una buena forma de trabajo. Lo mejor es hacerlo sobre bases firmes, controlando bien la técnica»
Los virales workouts para abdomen plano de TikTok o YouTube no eliminan grasa por sí solos. Explica:
«Estos ejercicios fortalecen la musculatura, mejoran la postura y ayudan a que el abdomen se vea más firme, pero no reducen el contorno de cintura sin un déficit calórico y un entrenamiento global»
La alimentación representa el 70% del resultado:
«Puedes hacer mil abdominales al día, pero si tu dieta no acompaña, no vas a notar grandes cambios»
La paciencia es parte del proceso:
«De forma realista, los primeros cambios se notan entre las 4 y 8 semanas si entrenas de forma constante (3 o 4 veces por semana) y cuidas la alimentación»
El cambio más visible llega a partir de los dos o tres meses, cuando mejora la postura y la musculatura se define:
«No hay milagros, pero sí progresos. Y una vez que los notas, ya no hay vuelta atrás»
Uno de los debates más frecuentes tiene respuesta clara: ambos. Explica De Juan:
«El entrenamiento combinado ofrece mejores resultados. La fuerza tonifica y moldea, mientras que el cardio mejora la capacidad aeróbica y mantiene un gasto calórico alto. Incluso se pueden combinar en la misma sesión»
Este enfoque híbrido mejora la estética y la salud metabólica:
«El cuerpo responde mejor cuando se le da variedad y estímulos diferentes»
Dormir poco o mal aumenta el cortisol, una hormona que favorece la retención de grasa abdominal:
Hay que priorizar el sueño y la recuperación muscular»
En cuanto a la alimentación, su consejo es simple:
«Debe ser equilibrada y adaptada al gasto energético. No hace falta eliminar grupos de alimentos, sino comer con sentido común. Evitar ultraprocesados y priorizar proteínas, frutas, verduras y grasas saludables marcará la diferencia»
Más allá de la técnica o las repeticiones, De Juan lo resume así:
«La constancia supera al talento. No necesitas ser un atleta ni tener un gimnasio en casa. Con 20 o 30 minutos diarios, disciplina y una buena guía, se pueden lograr resultados impresionantes»
Y deja un mensaje final:
«Reducir cintura no es solo una cuestión estética. Es ganar fuerza, equilibrio y confianza en tu cuerpo. Cuando trabajas desde el control y no desde la prisa, el cambio llega. Y además, se queda»