Cada día se consumen más de dos mil millones de tazas de café en todo el mundo. Alrededor de ellas, las personas conversan, debaten y toman decisiones importantes. Su aroma y su sabor lo convierten en la bebida preferida de muchos. Además de su disfrute, el café posee propiedades que influyen en la salud de quienes lo consumen.
La composición del café es simple, ya que es agua, cafeína y antioxidantes. La cafeína es el componente más conocido y el responsable de sus efectos estimulantes. Los antioxidantes, o compuestos fenólicos, protegen las células del daño causado por los radicales libres y ayudan a reducir la inflamación. Diversos estudios indican que el consumo moderado de café puede aportar varios beneficios para la salud. Mejora la concentración y el estado de alerta. Reduce el riesgo de diabetes tipo 2, Parkinson y Alzheimer. También se ha vinculado a un menor riesgo de cáncer de hígado y cáncer colorrectal, según recoge El Excelsior.
Pese a estos beneficios, el café ha sido objeto de mitos y controversias. Uno de los más extendidos afirma que perjudica la salud cardiovascular. Se cree que aumenta el riesgo de enfermedades cardíacas. Sin embargo, estudios recientes descartan un impacto negativo significativo y apuntan incluso a posibles efectos protectores. Esta semana, en Health Café, el cardiólogo Diego Araiza aclara estas dudas con mayor detalle.
Otro mito frecuente sostiene que el café causa deshidratación. Es cierto que la cafeína actúa como un diurético suave, pero su efecto sobre la hidratación es mínimo. Además, puede compensarse fácilmente con una adecuada ingesta de agua.
Asimismo, el impacto del café varía según la edad. En niños y adolescentes, un consumo excesivo de cafeína puede alterar el sueño y provocar nerviosismo o irritabilidad. Por ello, se recomienda limitar su ingesta y optar por versiones descafeinadas siempre que sea posible.
En adultos, el café puede mejorar la concentración y el rendimiento físico si se consume con moderación. Lo ideal es no superar las tres o cuatro tazas diarias para evitar efectos secundarios como insomnio, palpitaciones o ansiedad.
En adultos mayores, el café ofrece beneficios adicionales. Puede reducir el riesgo de enfermedades neurodegenerativas como Alzheimer y Parkinson. No obstante, la cafeína puede alterar el sueño en este grupo, por lo que es preferible limitar su consumo a las mañanas y elegir opciones descafeinadas por la tarde o la noche.
Por ello, el café es una bebida deliciosa, segura y con beneficios demostrados. Aun así, cada persona responde de manera distinta. Escuchar al cuerpo y ajustar el consumo resulta fundamental.