Hoy: 26 de diciembre de 2024
Las celebraciones de fin de año suelen ser motivo de alegría, pero también representan una importante fuente de estrés. Karen Basabilbaso, psicóloga, explica a El Litoral cómo las demandas sociales, compromisos familiares y presiones económicas afectan la salud física y emocional en esta época, ofreciendo consejos para enfrentarlas de forma saludable.
Entre las principales causas del estrés, Basabilbaso destaca la falta de tiempo. Los numerosos compromisos sociales generan una sobrecarga que puede llevar al “jet lag social”, caracterizado por cambios en la rutina como dormir menos y comer desordenadamente. Además, los gastos en regalos y eventos, junto con las obligaciones familiares, pueden intensificar el malestar.
Las fiestas también movilizan emociones relacionadas con pérdidas familiares. Según la psicóloga, la ausencia de seres queridos, simbolizada por la “silla vacía”, puede generar dolor, sufrimiento y un aumento del estrés, siendo este un momento especialmente sensible para quienes han atravesado duelos.
Basabilbaso subraya la relevancia de escuchar el deseo personal y evitar compromisos por obligación. Reflexionar sobre lo que realmente se desea hacer ayuda a prevenir la “sobreadaptación”, que puede derivar en problemas físicos como contracturas, insomnio y fatiga, o agravar enfermedades crónicas en casos más severos.
La psicóloga explica que el estrés está relacionado con la ansiedad, la cual puede ser temporal (síntoma) o un rasgo estable de la personalidad. Si la ansiedad se vuelve invalidante, es importante atenderla, ya que el estrés prolongado puede causar inflamación crónica de bajo grado, predisponiendo a enfermedades y agravando cuadros de ansiedad o depresión.
Entre las recomendaciones para manejar el estrés, Basabilbaso sugiere planificar actividades con anticipación, delegar responsabilidades y mantener hábitos saludables como dormir bien, comer adecuadamente y realizar ejercicio moderado. También destaca la importancia de buscar momentos de autocuidado y evitar conflictos familiares durante las celebraciones.
Finalmente, la experta invita a conectar con el verdadero sentido de las fiestas y a recordar que el cambio de año no es definitivo. Esta perspectiva puede aliviar la presión social, ayudando a afrontar el cierre de diciembre con mayor tranquilidad y equilibrio emocional.