Hoy: 10 de octubre de 2024
La Comisión Europea ha presentado las primeras previsiones que recogen el impacto de la guerra en Ucrania con una bajada generalizada del crecimiento del PIB y una revisión al alza de la inflación. En el caso de España, la rebaja es de 1,6 puntos hasta el 4%, frente al 5,6% que esperaba en las anteriores previsiones de febrero. En el caso de 2023, se prevé un crecimiento del 3,4%, frente al 4,4 pronosticado anteriormente, según elEconomista.
La estimación de crecimiento del 4% para 2022 se sitúa 0,3 puntos porcentuales por debajo de las previsiones de crecimiento presentadas por el Gobierno español hace dos semanas y en línea con las estimaciones de 2023, que el Ejecutivo español cifró en un 3,5% para 2023.
La guerra sigue haciendo mella en la confianza de los agentes. Las decisiones de inversión se retrasan, mientras que la confianza del consumidor se deteriora. A su vez, la fuerte subida de la inflación resta poder adquisitivo a las familias, por lo que el consumo real pude sufrir un duro golpe por el alza de precios.
Respecto a la inflación, Bruselas cree que el IPC se disparará hasta el 6,3% (media anual) en 2022, un dato históricamente elevado. Sin embargo, para el año 2023, el organismo presidido por Ursula Von der Leyen cree que se reducirá hasta el 1,8%, dos décimas por debajo del objetivo del Banco Central Europeo. No obstante, el organismo cree que la inflación podría seguir tocando máximos hasta mediados de año, por lo que el pico que pareció alcanzar en abril pudo ser solo un espejismo.
En abril, los precios se moderaron ante el descenso de la electricidad y el impacto de las medidas aprobadas por el Gobierno para rebajar algunos precios como el de los carburantes. Sin embargo, en las últimas semanas se está observando cómo algunas de estas medidas están perdiendo para de efecto. Mientras tanto, el precio de los alimentos sube con fuerza. La inflación podría no haber dicho todavía su última palabra.
La rebaja de previsiones ha sido generalizada. Ahora se espera que el crecimiento del PIB real tanto en la UE como en la zona del euro sea del 2,7% en 2022 y del 2,3% en 2023, por debajo del 4% y el 2,8% (2,7 % en la zona del euro), respectivamente, en la previsión provisional de invierno de 2022.
Pese a todo, el texto emitido por la Comisión destaca que “se espera que la recuperación económica continúe en España a pesar de las perturbaciones creadas por la agresión de Rusia a Ucrania. Las inversiones en el marco del Plan de Recuperación Europeo y la recuperación del sector turístico están destinadas a apuntalar el crecimiento económico durante el horizonte previsto”, destaca el documento.
“Se prevé que el PIB real crezca un 4% en 2022 y un 3,4% en 2023. Se prevé que la inflación general alcance su punto máximo a mediados de 2022 y promedie un 6,3% en 2022. Se espera que el mercado laboral se mantenga fuerte, con la tasa de desempleo en su nivel más bajo nivel desde 2008”, señalan los expertos de Bruselas.
La rebaja para 2022 debe leerse en el contexto del impulso de crecimiento adquirido por la economía en la primavera y el verano del año pasado, que agrega alrededor de 2 puntos porcentuales a la tasa de crecimiento anual de este año. El crecimiento de la producción en el año se ha reducido del 2,1% al 0,8%.
“El crecimiento del 4% que proyectamos para la eurozona este año está fuera de alcance”, decía el mes pasado el comisario de Economía, Paolo Gentiloni, anticipando una ralentización que otras instituciones ya han plasmado en sus previsiones.
El Banco Central Europeo (BCE) revisó a la baja su proyección de crecimiento para la eurozona al 3,7% para 2022 y al 2,8% para 2023 y el Fondo Monetario Internacional (FMI), al 2,8% y al 2,2%, respectivamente.
La crisis en Ucrania, prevén, agravará los problemas de suministros que se arrastran desde la pandemia y elevará aún más los precios de la energía que están impulsando la tasa de inflación a niveles récord en los últimos meses, del 7,5% en abril en la eurozona. Ya en febrero Bruselas elevó su proyección de inflación hasta el 3,5% de media para este año, aunque esperaba que se modere al 1,7% el próximo.
En el caso de España, la Comisión Europea anticipó en febrero que el PIB crecería un 5,6% en 2022 y un 4,4% en 2023, por encima de la media europea, pero desde entonces la guerra ha llevado al propio Gobierno a recortar sus perspectivas de crecimiento, hasta el 4,3% y 3,5%, respectivamente.
Las previsiones macroeconómicas de primavera que el Ejecutivo comunitario publicará mañana actualizarán además las cifras de déficit, deuda y paro, que se revisaron por última vez en noviembre pasado, y servirán de punto de partida para que Bruselas decida si prolonga un año más la suspensión de las normas de control presupuestario.
Tras haber congelado en 2020 debido a la pandemia estas reglas -que fijan el tope de deuda pública en el 60% del PIB y el de déficit en el 3%-, el objetivo era que, con la recuperación ya en marcha, volviesen a aplicarse a partir de 2023 para encauzar unos niveles de deuda y déficit desbocados por la respuesta al covid.