La Comisión Europea ha impuesto este miércoles duras sanciones económicas a dos gigantes tecnológicos por infringir la nueva Ley de Mercados Digitales (DMA). Apple deberá pagar una multa de 500 millones de euros, mientras que Meta afronta otra de 200 millones, convirtiéndose así en las dos primeras compañías penalizadas bajo esta ambiciosa legislación europea que busca limitar los abusos de poder de las grandes plataformas.
«Apple y Meta han incumplido la DMA al implementar medidas que refuerzan la dependencia de las empresas y de los consumidores de sus plataformas. Como resultado, hemos tomado medidas firmes pero equilibradas para hacer cumplir la ley contra ambas compañías, sobre la base de reglas claras y predecibles», ha anunciado en un comunicado la vicepresidenta del Ejecutivo comunitario para una Transición Limpia, Justa y Competitiva, Teresa Ribera.
Las investigaciones comenzaron el año pasado, cuando Bruselas abrió expedientes a ambas compañías. En el caso de Apple, se examinó cómo la empresa limita a los desarrolladores de su App Store, impidiéndoles informar a los usuarios sobre opciones de compra fuera de la plataforma. En cuanto a Meta, la Comisión cuestionó su modelo de “pagar o consentir” que obliga a los usuarios a aceptar el seguimiento de datos o pagar una suscripción para usar sus servicios.
Aunque la ley permite sanciones de hasta el 10% del volumen de negocio global de las empresas infractoras, fuentes comunitarias explican que el importe final se ha visto moderado por ciertos factores atenuantes, como el hecho de que la DMA apenas lleva un año en vigor o la complejidad técnica de su implementación.
Tras la notificación oficial, las compañías disponen ahora de 60 días para ajustar sus prácticas a la normativa. Si no lo hacen, la Comisión podría imponer nuevas sanciones más severas.
Ribera ha enfatizado que «todas las compañías que operan en la UE deben cumplir las leyes y valores de la UE», y ha destacado que la DMA representa un avance fundamental: un «instrumento crucial» para «desbloquear potencial, alternativas y crecimiento» al garantizar que los mercados digitales sean «competitivos y justos».