El Apocalipsis

7 de octubre de 2024
3 minutos de lectura
El Apocalipsis. | Flickr

El Apocalipsis es el último libro del Nuevo Testamento. Esto es para recordar y no olvidar lo qué significa a través de su lectura y reencontrarnos con esa verdad, qué todos los creyentes no dudamos qué llegará.

Las señales son claras, para poder apreciar que ya está aquí. Ese desprecio por la humanidad, lo estamos viviendo y en muchísimos casos, consintiendo, y hemos abierto la puerta a la desesperanza, pero podemos cerrarla de un portazo, al haber sido dotados con el poder del conocimiento de la única verdad
palpable para muchísimos.

Dice bien claro a los cristianos, que seamos fieles a Dios, ÉL es el principio y el fin, y qué resistamos a los poderes del mal, con la idea clara como el agua, que esta férrea postura nos traerá la salvación, en esa vida prometida, después de nuestra muerte.

Gracias a la muerte de Cristo en la cruz, al redimirnos y concedernos una vida llena de gracia, después de nuestro paso por esta vida terrenal, es la que nos da el consuelo y esa Esperanza para esperar con Fe, ese magnifico, después.

La interpretación es difícil y complicada y a pesar del estudio de grandes eruditos en estos temas, muchos al leerlo y estudiarlo, se suelen perder en conjeturas muy diversas…

Hoy con la cantidad de sucesos que están ocurriendo en nuestro entorno, con odios descontrolados, sin piedad, sin amor, sin freno, sin esa esperanza en el futuro que está provocando un atroz consumismo añadiendo, una falta total de arrepentimiento.

Muchos gobiernos son capaces de consentir, con sus oscuras conciencias, y firmar, para dar vía libre, a la muerte de un sinfín de seres humanos.

Solo nos podrá librar de semejantes aberraciones el reconocimiento a los errores consentidos por quienes han antepuesto sus intereses, a las muertes de sus semejantes, en guerras que se basan en intereses económicos.

Ese maldito dinero, que se alimenta de la piedad, el amor, los sentimientos la moral y una vez desaparecidas todas las virtudes, ataca al ser humano, que es el menos partícipe en esas malditas y lujuriosas vidas, que jamás tendrán suficiente.

Tenemos muchos frentes creados por sus avaricias desmesuradas, por sus faltas de conciencia, por el robo palpable de voluntades, para lograr poseer todo lo que les permita tener, para lograr ser.

Esas enfermizas mentes qué por encima de todo, al carecer de empatía con una falta total de querencia hacia los que consideran sus siervos, son capaces de doblegarlos con amenazas, si no sucumben a sus imposiciones.

Pero a la gente que lucha por su día a día, nos queda la Esperanza, de un mundo mejor y no debemos dejar de tenerla, por nuestros hijos y nietos, por nuestra gente. Esa postura nos hará más fuertes ante unos adversarios sin ningún tipo de escrúpulos, conociendo sus despreciables actitudes.

No dejemos, que los comportamientos incívicos de otros pueblos, nos arrastren, es mejor para todos ser honesto con nosotros y los demás, lo mal hecho en algún momento de nuestras vidas, nos explotará en la cara, las malas acciones siempre salen a la luz.

Ser fieles a las enseñanzas recibidas con actos dignos, la gente honrada hoy en día está cotizada, al alza.

La acción a seguir, es tener la creencia firme, que la unión hace la fuerza y qué juntos podemos, recordarlo esto es muy importante, cada uno con sus creencias y principios, con respeto de los unos con los otros, y con el firme deseo de una vida mejor para todos.

El mal y los que lo producen, no beben del agua limpia y transparente de los que somos siempre fieles.
La luz de la Esperanza nos hará libres y esos oscuros seres se irán de nuestras vidas y entonces, seremos lo que queramos ser, sin imposiciones, creencias, consejos, palabras falsas, promesas incumplidas, empoderamiento, esa palabra tan de moda hoy y que crea discriminación, etc…

Tendremos Esperanza para todos nosotros, siendo fieles a nuestras creencias, esas transmitidas por nuestros mayores. Ellos saben más por todo lo vivido y callan para que podamos vivir en paz y concordia.

No debemos temer a nada ni a nadie, y menos a las contrarias imposiciones a nuestro tan preciado tesoro, como es nuestra libertad por encima de todo, para poder defender con ahínco.

¡¡¡NUESTRO LIBRE PENSAMIENTO!!!

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