Un laboratorio estudió a lo largo de 20 años un proceso llamado transición epitelio-mesénquima
Un estudio liderado por el laboratorio de Plasticidad Celular en Desarrollo y Enfermedad, que dirige Ángela Nieto en el Instituto de Neurociencias (IN-CSIC-UMH), centro mixto del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) y la Universidad Miguel Hernández (UMH) de Elche, muestra que dentro de cada tumor hay grupos de células que reciben instrucciones para expandirse por el organismo de forma maligna y otros grupos de células que se encargan de combatir el daño que supone el tumor canceroso.
El laboratorio que lidera Nieto en el IN-CSIC-UMH ha estudiado a lo largo de 20 años un proceso llamado transición epitelio-mesénquima (EMT, por sus siglas en inglés), que durante el desarrollo embrionario permite la migración de células hacia distintos destinos para formar órganos y tejidos.
Este mismo proceso lo utiliza el cáncer para diseminar sus células y dar lugar a las metástasis, tumores en órganos distintos al originario que causan más del 90% de las muertes asociadas a esta enfermedad.
El profundo conocimiento que el equipo de Nieto ha desarrollado sobre este proceso les llevó a descubrir también que, en adultos, es un mecanismo de defensa que utilizan las células para protegerse cuando detectan un tejido dañado y repararlo.
Sin embargo, cuando el daño es crónico, las células ya no son capaces de reparar; segregan colágeno que se va acumulando, y se desarrolla una fibrosis que acaba degenerando el órgano.
Ahora, en este trabajo recientemente publicado en la revista Nature Cancer, los investigadores han demostrado que en el cáncer se activan de forma inesperada, tanto el programa del desarrollo embrionario como el del adulto.
“Los dos programas se activan en el tumor, pero en poblaciones diferentes. Es decir, observamos programas opuestos pro y antitumorales que están funcionando a la vez”, explica la científica del CSIC.