Bélgica se convierte en el primer país de la Unión Europea en prohibir la venta de cigarrillos electrónicos desechables. El ministro de Salud, Frank Vandenbroucke, justificó la decisión señalando los graves efectos de la nicotina en la salud, especialmente entre adolescentes, y el impacto ambiental que generan estos dispositivos al convertirse en residuos químicos peligrosos.
“Los cigarrillos electrónicos desechables son una herramienta para crear nuevos adictos. Además, su diseño desechable representa una grave amenaza para el medio ambiente”, destacó Frank Vandenbroucke, quien también instó a la Comisión Europea a endurecer la legislación sobre tabaco en toda la región.
La prohibición ha generado comprensión incluso en algunos comerciantes. Steven Pomeranc, propietario de una tienda de vapeadores en Bruselas, señaló la preocupación ambiental como un punto clave, subrayando la contaminación generada por las baterías no recargables de estos dispositivos.
Este paso de Bélgica sigue a las restricciones adoptadas por Australia, donde los vapeadores solo pueden adquirirse en farmacias. La medida belga podría marcar el inicio de un cambio más amplio en la normativa de la Unión Europea sobre productos de tabaco y vapeo.