La Guardia Civil mantiene abierta una investigación contra una persona por su presunta implicación en robos continuados de cableado de cobre en distintas infraestructuras ferroviarias de la Provincia de Sevilla. Los hechos se habrían producido de forma reiterada en zonas como Guadajoz-Carmona y Los Rosales, afectando a elementos esenciales del sistema ferroviario.
Este tipo de delitos no solo supone un perjuicio económico importante. También genera riesgos para la seguridad, interrupciones del servicio y daños estructurales en una red clave para la movilidad diaria de miles de personas. Por ello, las fuerzas de seguridad consideran estas actuaciones como especialmente graves y prioritarias.
Según la investigación, el presunto autor actuaba de forma organizada y repetida. Aprovechaba la nocturnidad para evitar ser detectado y comenzaba interrumpiendo el suministro eléctrico del alumbrado en estaciones o tramos concretos. De este modo, reducía la visibilidad y facilitaba el acceso a las instalaciones.
A continuación, levantaba las arquetas, cortaba el cableado de cobre y lo extraía de manera progresiva, evitando llevar grandes cantidades en un solo movimiento. Esta forma de actuar apunta a un conocimiento previo del terreno y de los sistemas eléctricos ferroviarios, lo que incrementó el impacto de los daños causados.
El Equipo ROCA de la Compañía de la Guardia Civil en Carmona fue clave en el desarrollo de las pesquisas. Gracias a un seguimiento constante y al análisis de los robos, los agentes lograron rastrear el destino del material sustraído. Las investigaciones apuntan a que el cobre acababa siendo vendido en distintas chatarrerías y centros de gestión de residuos de la comarca.
La actuación se enmarca dentro de un dispositivo permanente de vigilancia orientado a prevenir y esclarecer delitos que afectan a infraestructuras consideradas críticas. En este contexto, la colaboración entre diferentes organismos ha resultado fundamental.
El intercambio de información entre la Guardia Civil y los servicios técnicos y de seguridad de RENFE permitió identificar patrones, horarios y zonas especialmente vulnerables. Esta cooperación facilitó finalmente la identificación del presunto responsable y la recopilación de pruebas suficientes para avanzar en el procedimiento judicial.
Desde las autoridades se insiste en que estos robos van mucho más allá del valor del material sustraído. Cada sustracción de cobre puede provocar averías graves, retrasos en el servicio y situaciones de riesgo para trabajadores y usuarios del ferrocarril.
Las diligencias ya han sido puestas a disposición de la autoridad judicial competente, mientras continúan las labores de prevención para evitar nuevos incidentes. El caso vuelve a poner sobre la mesa la importancia de proteger las infraestructuras públicas y de perseguir con firmeza delitos que afectan directamente al interés general.