Hoy: 23 de noviembre de 2024
El Gobierno argelino ha desautorizado a la Asociación Profesional de Bancos y Entidades Financieras (ABEF) del país, y anuncia que no desbloqueará las operaciones bancarias con España. Es más, ha negado que vaya a retomar dichas relaciones comerciales.
“Las decisiones económicas, en particular las relativas a las relaciones de socios comerciales, son prerrogativas exclusivas del Estado y no de organizaciones profesionales“, reza un comunicado recogido por la agencia de noticias estatal APS y del que se ha hecho eco Europa Press.
Desde la capital argelina se ha matizado que la ABEF es una asociación profesional que depende de los intereses de sus miembros y ha recordado que esta organización “no puede sustituir a las instituciones estatales encargadas de las finanzas, la economía y el comercio exterior“.
La comunicación sobre una supuesta retirada de Argelia en sus relaciones comerciales con España “es errónea, porque no se ha hecho pública ninguna información oficial al respecto por parte de las autoridades o instituciones competentes“, han explicado las autoridades argelinas.
La ABEF había anunciado este jueves el desbloqueo de las operaciones bancarias con España, más de 50 días después de que Argel anunciara la congelación de todas las transacciones con los bancos españoles. Las relaciones comerciales entre España y Argelia, suponen unos ingresos para la economía española de más de 7.000 millones de euros al año.
La asociación bancaria anunció mediante una misiva a los directores generales de los bancos e instituciones financieras que “las medidas cautelares” adoptadas con España “ya no son necesarias”, quedando de esta manera sin efecto las prohibiciones de las operaciones bancarias con España.
Desde el 9 de junio están congeladas las domiciliaciones bancarias desde Argelia con el comercio exterior español, así como la suspensión del tratado de amistad entre ambos países, por el “injustificable” giro del Gobierno de España sobre el Sáhara Occidental y con su enemigo numero uno: Marruecos, con quien mantiene enfrentamientos fronterizos. En Argelia, también se encuentran los asentamientos del pueblo saharaui y se asienta también el Frente Polisario.
Ante esta congelación, el pasado 10 de junio, el ministro de Asuntos Exteriores y Unión Europea, José Albares, logró que una amplia mayoría del pleno reunido en la Comisión Europea apoyara sus quejas sobre la decisión el Gobierno argelino. Desde Bruselas se concluyó que la quiebra de las relaciones constituía una “violación del acuerdo de asociación”, lo que era un indicativo flagrante de “trato discriminatorio” a España.
Se especula si este nuevo viraje del país africano responde a propósitos movidos por el temor a las represalias por parte de la Comisión Europea o si, por el contrario, podría obedecer a pautas estratégicas, lo que implicaría la reanudación de los acuerdos bilaterales de comercio entre ambos países.
De darse esta segunda coyuntura, España podría cumplir sin complicaciones el programa de ahorro de gas establecido por Bruselas, teniendo en cuenta que Argelia ha sido, hasta los tiras y aflojas recientes, uno de sus socios preferentes en cuanto al suministro energético. El precio de las importaciones argelinas de gas natural licuado (GNL) es mucho más asequible que el fijado por Estados Unidos, y su acceso resulta más sencillo que el de los grandes gaseoductos, como el Nord Stream ruso.
En el día de hoy, la indecisión y expectación están marcando la situación financiera entre España y Argelia. Mientras unos mantienen la incertidumbre, otros ven positiva la decisión de la banca argelina y confían en que el Gobierno de Argelia recapacite.