Hoy: 23 de noviembre de 2024
Unos árboles fosilizados descubiertos en New Brunswick, Canadá, han asombrado a los científicos con su inédita forma de copa tridimensional y hojas de hasta un metro de longitud, según revela la revista Current Biology.
Expertos como Robert Gastaldo, del Colby College en Waterville, Maine, destacan la sorprendente manera en que estos árboles de 350 millones de años desarrollaron hojas extraordinariamente largas alrededor de un tronco delgado. Aunque su aspecto se asemeja al de helechos o palmeras, estas últimas no aparecieron hasta 300 millones de años más tarde.
A diferencia de los helechos o las palmeras, que tienen pocas hojas agrupadas en la parte superior, Gastaldo señala que el Sanfordiacaulis conserva más de 250 hojas alrededor de su tronco. Cada hoja parcialmente conservada se extiende hasta 1,75 metros desde el tronco, lo que sugiere que cada hoja creció al menos un metro más antes de su final.
La densidad de hojas de este antiguo árbol era impresionante, con un dosel que se extendía al menos 5,5 metros alrededor de un tronco no leñoso, que medía solo 16 centímetros de diámetro. “Estimamos que cada hoja creció al menos un metro más antes de terminar”, afirma Gastaldo.
Un terremoto a lo largo del margen de un lago del rift indujo un catastrófico entierro que preservó los fósiles. Aunque desenterraron el primer árbol fósil hace unos 7 años, este solo contenía una muestra parcial. Fue solo después de varios años que se encontraron otros cuatro ejemplares de la misma planta. Uno de ellos reveló cómo las hojas se desprendían de la copa del árbol, haciéndolo “absolutamente único”.
Los investigadores destacan que este árbol es uno de los pocos en un registro fósil que abarca más de 400 millones de años, donde aún se conserva un tronco con hojas de la corona adheridas. Este descubrimiento proporciona una visión única de la evolución de los árboles a lo largo de la historia geológica.
Los científicos sugieren que este árbol pudo haber confiado en su forma de crecimiento inusual para maximizar la captación de luz y reducir la competencia con otras plantas en el suelo. Este hallazgo indica que la vida vegetal en el período Carbonífero Inferior era más compleja de lo esperado, lo que sugiere que Sanfordiacaulis vivió en una época en la que las plantas estaban “experimentando” con diversas formas y arquitecturas posibles.