Amnistías de mercadillo

Andan los abogados de España presurosos por si pueden incluir a sus representados en la lista generosa de la amnistía. Derecho tienen y razones no les faltan. De todos modos, unos cientos más de perdonados a los cientos que de raíz se han de perdonar el jueves con la nueva ley de amnistía, no puede notarse demasiado.

Lo extraño de este País nuestro es que a los políticos se les llena la boca de una igualdad que no se ve por ningún sitio. En España seremos cercanamente iguales ante la ley cuando desaparezca el absurdo cupo del país vasco, la ridícula diferencia de las comunidades históricas (¡qué falta de verdad y qué rancia disposición!), y cuando la verdadera simetría de oportunidades no esté en las puertas giratorias ni en los amigos de los amigos que venden impunemente mascarillas, como si fuesen  mercaderes de la respiración.

Con tanto perdón irreverente, nacido del fraude y de prestamistas usureros, da vergüenza asomarse a los sillones de quienes legislan: Aquí pocos parecen darse cuenta de la bola siempre cae en el sitio de los forajidos.

Lo dicho, abogados, a toda prisa. Aprovechad el mercadillo a ver si alguna vez se cumple eso de : O todos moros o todos cristianos.