Este viernes 12 de septiembre se estrena en cines El cautivo, la nueva película de Alejandro Amenábar que recrea los cinco años que Miguel de Cervantes pasó preso en Argel. Según el director, este periodo es esencial para entender “a la persona y al artista”, durante el que Cervantes “se forja como ser humano y como contador de historias”. La película también explora la hipótesis de su posible homosexualidad a través de la relación del joven autor, interpretado por Julio Peña, con su captor Hasan el Bajá, encarnado por Alessandro Borghi.
Amenábar ha explicado que su objetivo es mostrar “el carisma y la intimidad” de Cervantes, “que va a acabar escribiendo la novela más importante de todos los tiempos”, y que la película puede servir como “termómetro” para medir la homofobia en la España actual. Sobre la polémica, el cineasta subraya: “Cuando uno hace una película se tiene que lanzar al ruedo… y que venga lo que tenga que venir”.
El director reflexiona sobre su enfoque histórico: “Las películas hay que hacerlas con prudencia, con sentido de la responsabilidad, y más si haces una película histórica… pero sin miedo. Hay que hacerlas sin miedo porque, si no, para mí sería el fin de nuestra cultura”. Amenábar asegura que busca conectar con el público emocionalmente para “conseguir que la gente mueva el culo de casa y vaya al cine” y hacer reflexionar sobre Cervantes “siempre desde el respeto”.
Sobre la sexualidad de Cervantes, el cineasta apunta que le parecía “ridículo” ocultarla: “En 30 años no me he sentido llamado a hacer ninguna película sobre el colectivo gay al que, obviamente, pertenezco… ni tampoco una película activista, pero estaba planteada en todos los libros de historia que caían en mis manos”. Julio Peña recuerda que en una versión inicial del guión se trataba la sexualidad de forma más ligera, pero Amenábar insistió: “Esto lo tenemos que hacer así”.
Otros actores de la película también defienden la exploración de la homosexualidad de Cervantes. Miguel Rellán, que interpreta al padre Sosa, se muestra contundente: “Me voy a morir sin entender el por qué de la homofobia. ¿Pero a usted qué más le da con quién me acuesto yo?”. Fernando Tejero, que encarna al padre Blanco de Paz, añade que su personaje es un “superviviente más” que enfrentó el “horror” de su cautiverio interior: “Debe ser horrible ser homosexual y homófobo a la vez y tener que vivir con eso”.
Tejero reflexiona sobre la recepción de la película: “Evidentemente, respecto al siglo XVI, hemos avanzado… Pero cuando los titulares que leemos sobre El cautivo destacan que Alejandro saca a Miguel de Cervantes del armario… eso dice mucho”. El actor lamenta las “barbaridades” que se han dicho en redes y concluye que “el termómetro de la homofobia en España todavía está a una temperatura muy alta”.