El Gobierno británico ha anunciado que difundirá la miniserie Adolescencia en todos los institutos del país. La producción, que aborda el asesinato de una joven a manos de un compañero de clase de 13 años, será utilizada como herramienta educativa para combatir los discursos misóginos y extremistas que circulan por redes sociales y que impactan especialmente en los adolescentes.
La serie, emitida originalmente en Netflix y rodada en plano secuencia, ha generado debate por su crudeza, su enfoque social y su retrato del aislamiento juvenil en la era digital.
Keir Starmer, primer ministro británico y padre de dos adolescentes, reconoció lo difícil que fue ver la serie como espectador y como padre. “No existe una solución mágica, pero Adolescencia abre la conversación sobre temas que muchos aún no saben cómo abordar”, explicó en declaraciones recogidas por la BBC.
Más allá del crimen que presenta la trama, Adolescencia profundiza en el contexto emocional, familiar y digital de los jóvenes, retratando cómo se exponen a contenidos violentos, machistas y deshumanizantes a través de sus dispositivos, según una información de Europa Press.
La iniciativa permitirá que el contenido esté disponible de forma gratuita en los centros de educación secundaria del Reino Unido a través del servicio Into Film+, una plataforma de streaming educativa diseñada para las aulas. Desde el Gobierno insisten en que no se trata solo de un ejercicio audiovisual, sino de una herramienta para fomentar el pensamiento crítico y el diálogo.
“Hay chicos solos, aislados, que se enfrentan a un bombardeo de discursos radicales sin herramientas para entender o resistir esos mensajes. Necesitamos hablar de esto en las escuelas”, advirtió Starmer.
La difusión de la serie forma parte de una estrategia más amplia para combatir la radicalización online y el auge de influencers misóginos que calan con fuerza entre los más jóvenes. Adolescencia pone el foco en ese momento frágil y confuso que es la adolescencia: niñez en retirada, adultez por construir y una identidad que busca afirmarse en medio del ruido digital.
Con esta medida, Reino Unido no solo apuesta por un contenido audiovisual potente, sino que lanza un mensaje claro: la educación emocional y digital es urgente y debe formar parte del currículo real de cualquier aula del siglo XXI.