Hoy: 10 de diciembre de 2024
El acusado de realizar tocamientos a su hija de quince años de edad cuando se introdujo en la cama donde ella dormía ha admitido los hechos y se ha conformado con una pena de dos años de prisión.
La Sección Primera de la Audiencia Provincial de Cantabria tenía previsto celebrar hoy el juicio, pero al inicio del mismo la fiscalía, la acusación particular que representa a la menor y la defensa del acusado han alcanzado un acuerdo.
Además de la pena de prisión, se le condena al pago de una indemnización de 3.000 euros, a una medida de libertad vigilada durante cuatro años, al mismo periodo de prohibición de acercarse y comunicar con su hija, a la privación de la patria potestad hasta que la chica cumpla la mayoría de edad, y a cinco años de inhabilitación para desempeñar oficio o profesión que conlleve el contacto con menores de edad.
El tribunal dictará una sentencia de conformidad en los términos del acuerdo alcanzado, que considera los hechos un delito de abuso sexual a menor de dieciséis años con la concurrencia de dos circunstancias atenuantes -reparación del daño, porque ha consignado 1.500 euros antes del juicio, y consumo previo de sustancias tóxicas-, lo que ha permitido que el fiscal rebaje en un grado la pena solicitada.
El acusado ha reconocido que a las cinco de la madrugada de un día del verano de 2020 regresó a su vivienda y, al encontrarse con su hija dormida en el sofá, la despertó y le dijo que se fuera a la cama.
Acto seguido, el acusado se metió en la cama con su hija y, “con ánimo de menoscabar su integridad moral e indemnidad sexual y satisfacer su ánimo libidinoso, comenzó a tocarle el pecho por debajo de la ropa”, relata el escrito de la fiscalía que han suscrito todas las partes.
“Aunque la menor le puso su mano sobre la de él, no solo no cejó en su empeño, sino que le metió la mano por dentro del pantalón y la ropa interior, consiguiendo la menor retorcerse y, colocándole el codo entre ella y su cuerpo, que la dejara al cabo de unos cinco minutos”, explica el escrito.
La madre de la menor interpuso denuncia por estos hechos en octubre de 2020 y, como consecuencia de la misma, se le impuso una medida cautelar de alejamiento y prohibición de comunicar con la menor, medida cautelar que ahora se transforma en una condena de cuatro años.