Un experto aclara que el diagnóstico de cáncer en la gestación no conlleva necesariamente la interrupción del embarazo y ofrece esperanzas a las futuras madres
El doctor Javier de Santiago, especialista en Ginecología Oncológica, explica cómo es factible abordar tumores de cáncer durante la gestación y llevar a término el embarazo, enfatizando la necesidad de un enfoque personalizado y multidisciplinario.
Durante el embarazo, detectar un cáncer es un evento poco común, pero puede ocurrir. Se estima que alrededor de una de cada mil mujeres embarazadas recibe un diagnóstico de cáncer. Esta situación, aunque compleja, no necesariamente implica la interrupción del embarazo. Sin embargo, es esencial contar con equipos médicos multidisciplinarios y tratamientos personalizados para abordarla adecuadamente.
Cáncer de mama y embarazo: un enfoque delicado y seguro
El cáncer de mama es uno de los tipos de cáncer más diagnosticados durante el embarazo, en parte debido al aumento de la edad, que se considera un factor de riesgo, y al incremento de la incidencia. Según el informe ‘Las cifras del cáncer en España 2023’ de la Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM), el cáncer de mama es el más frecuentemente diagnosticado.
Con relación, algunos tratamientos contra el cáncer, como la radioterapia, las terapias dirigidas o la inmunoterapia, se consideran generalmente contraindicados debido a los posibles riesgos para el feto. Por lo tanto, el enfoque se centra en proporcionar el tratamiento adecuado a la madre mientras se garantiza la seguridad del feto.
El doctor De Santiago señala que el cáncer durante el embarazo plantea dos desafíos principales. En primer lugar, es crucial determinar qué pruebas diagnósticas se pueden realizar para detectar el cáncer sin dañar al feto. En este sentido, se pueden utilizar métodos de diagnóstico que no afecten al embarazo, como resonancias y pruebas radiológicas con la protección adecuada.
El segundo desafío radica en determinar el tratamiento más adecuado. Para el cáncer de mama, se pueden considerar diferentes enfoques terapéuticos sin que esto implique un pronóstico desfavorable. El tratamiento quirúrgico, por ejemplo, puede ser una opción según la ubicación del tumor.
En cuanto a los tratamientos complementarios, muchos fármacos quimioterápicos pueden administrarse con seguridad y una vigilancia más intensa del crecimiento fetal en caso de cáncer y embarazo. Sin embargo, el momento de la gestación debe tenerse en cuenta, y el tratamiento se descarta generalmente durante el primer trimestre.
El tratamiento de pacientes con cáncer durante el embarazo requiere un enfoque altamente individualizado y multidisciplinario. Se debe llevar a cabo bajo la supervisión conjunta de un perinatólogo y un ginecólogo, con una atención frecuente al estado fetal. Además, es fundamental contar con el apoyo de un psicooncólogo para guiar emocionalmente a las pacientes a lo largo de este proceso complejo.