Cómo el Tribunal Supremo impidió investigar a Fernández Díaz

16 de julio de 2022
5 minutos de lectura
Xavier Trias, exalcalde de Barcelona | Fuente: Flickr

Una querella del entonces alcalde de Barcelona contra el ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz, y el juicio oral de los periodistas que difundieron la información falsa y el ex número dos de la Policía, se repartieron la tarea de enterrar el caso.

Es el año 2015. Es la hora del almuerzo. En la puerta del restaurante Sala de Despiece en la madrileña calle de Ponzano se le acerca a este periodista un hombre voluminoso. Es El Gordo. Enrique García Castaño, todavía comisario jefe de la Unidad Central de Apoyo Operativo (UCAO) de la Policía.

-Vengo de El Doble, donde mejor se tiran las cañas de Madrid, y te he visto. ¿Cómo estás?

-Bien, ¿y tú?

-Mucho jaleo.

-Oye, ¿qué es este montaje de la cuenta de Xavier Trias?

-Bueno, la información, créeme, es buena.

-Es un montaje Enrique. ¡Para que el banco haya salido a decir que el código no tiene nada que ver con el de la Unión de Banques Suisses!

-Ya, ya, ha habido algún problema, no te puedo contar ahora. Hablaremos.

La grabación de la reunión entre los policías José Manuel Villarejo, José Luis Olivera, el juez de la Audiencia Nacional Fernando Andreu y el consejero de Atresmedia, Mauricio Casals, difundida por el diario digital El Mon, ha reactualizado una de las “grandes piezas” de intoxicación del Ministerio del Interior y la Policía Nacional en la llamada Operación Cataluña.

Se trata de una comida que tiene lugar en el restaurante gallego Alabaster, en la madrileña calle de Montalbán, el 4 de noviembre de 2014. Días antes, el 28 y 29 de octubre, el diario El Mundo, otrora correo habitual de la intoxicación, ha publicado que el alcalde de Barcelona posee una cuenta en el banco ginebrino Union de Banques Suisses. Al desmentir Trías la información, los periodistas acuden al despacho del director adjunto operativo de la Policía, quien les muestra un presunto informe procedente de París, en idioma francés, con el número de cuenta ****954. En respuesta a Trias, el diario publica al día siguiente en gruesos caracteres el citado número en la portada. No querías caldo, ¡pues toma dos tazas!

A Xavier Trias y a su abogado, Xavier Melero, les va a llevar unos días conseguir un certificado de la Union de Banques Suisses. “Es que era muy difícil obtenerlo. Ya tenía la experiencia de una querella anterior con Artur Mas. Hablé con Lombard Odier. Pero me dijeron que no podían emitir ningún certificado porque ello suponía un efecto llamada para políticos y personalidades. Pero en Union de Banques Suisses lo conseguimos”, recuerda Melero a este periódico.

La filtración, que según se desprende de la grabación en el restaurante Alabaster del 4 de noviembre, ha sido hecha por García Castaño. El Gordo es quien facilita la “noticia”.

Hay que situar los hechos en su secuencia. Porque el ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz, y su número dos, el secretario de Estado de Seguridad, Paco Martínez, está sobre la “pista” de esa cuenta fantasma.

El 16 de octubre de 2014, doce días antes de la publicación de la falsa cuenta en El Mundo, el ministro Fernández Díaz recibe en su despacho al director de la Oficina Antifrau de Catalunya (OAC).

“¿Tú qué opinas de Xavi Trias en todo este proceso?”, pregunta Fernández Díaz.

“A mí me ha llegado una información, pero no la tengo contrastada. Te lo digo, no te lo iba a decir. Pero me han dicho que Xavier Trías tiene una cuenta en el extranjero con alrededor de 12 millones de euros. Y un hermano suyo también”, responde el director de la OAC.

“Y su hermano”, dice el ministro.

“De 20 millones”, apunta De Alfonso.

“Tenía… Lo sé”, añade Fernández Díaz.

“Eso es lo que yo sé pero no tengo ningún dato que lo acredite. Eso es un comentario de café, que me lo cuentan. Es que, ministro, como lo que no sé si lo que quieren es destruirme o no, me llega un comentario así y yo, o me lo das por escrito o no investigo nada. Ahora no sé si coincidirá con esto…”, explica el director de Antifraude.

“Es que eso está circulando en ambientes restringidos”, añade Jorge Fernández Díaz.

En otro pasaje de la conversación, Fernández Díaz explica cuál es el sentido de las filtraciones de noticias a los medios. “Lo digo porque muchas veces, cuando lo publicas, generas una presión mediática que al final haces que cosas por las que no se hubieran tomado interés, se lo toman”.

La grabación conocida ahora parece indicar que El Gordo se precipitó al filtrar la noticia. Y ello se deduce de la conversación en la que Villarejo explica al juez Andreu y a los comensales que El Gordo primero y Pino después le “vendieron la burra” a los periodistas, ansiosos de contestar a Trías, sobre un número de cuenta absurdo, que venía en un papel procedente de Francia. La Fiscalía Anticorrupción no “compró” la moto de la cuenta falsa y el tema quedó archivado. Pero, ¿por qué con la prueba de la Union de Banques Suisses, entre otras, no se investigó el montaje contra el entonces alcalde de Barcelona?

Trias presentó una querella contra Fernández Díaz en la Sala Segunda del Supremo. El primer ponente, en la Sala de Admisión, se dijo, sería Manuel Marchena, pero luego esa noticia fue corregida. El ponente designado fue José Manuel Maza. A continuación, el nombramiento de Maza como fiscal general del Estado hizo recaer la ponencia en Andrés Martínez Arrieta. El fiscal Antolín Herrero consideró que la conversación entre Fernández Díaz y De Alfonso no contenía elementos delictivos.

Y la Sala de Admisión, señala en su auto: “Hemos de concluir resaltando la clara diferencia entre la valoración que pudieran merecer, en la opinión personal de quien escucha el contenido de dichas conversaciones, ciertas expresiones, comentarios e, incluso, expectativas manifestadas por dos responsables de la actividad investigadora en el curso de unas conversaciones privadas, por discutibles en el terreno de la crítica estrictamente política que pudieran parecer, incluidas algunas alusiones poco gratas para terceras personas relacionadas con el desarrollo de las investigaciones y su contexto general, y la comisión de verdaderos delitos, tipificados como tales en nuestra legislación”.

El auto de la Sala de Admisión (integrada por Marchena, Maza, Miguel Colmenero, Ana Ferrer y Andrés Palomo) finaliza con un brindis al sol. Y es que este archivo no impide una nueva valoración del Supremo como resultado de la investigación ya avanzada de la querella de Trías que se sigue en el juzgado de instrucción número 16 de Madrid contra los periodistas que le atribuyeron la falsa cuenta.

Como Eugenio Pino, ya ex número dos de la Policía, insiste en que la cuenta de Trías es veraz, éste presenta una querella contra los periodistas y contra él. Precisamente, la instrucción en ese juzgado, a cargo del juez José Emilio Coronado, sienta en el banquillo, no sin dureza, a los periodistas Eduardo Inda e Ignacio Urreiztieta, autores de las dos informaciones.

Al celebrarse el juicio oral, Pino se acoge a su derecho a no declarar. Y la jueza no ve motivos para condenar. “Nadie quiso investigar. Porque los indicios estaban allí”, señala Xavier Melero.

      

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