Hoy: 23 de noviembre de 2024
Ignacio Lula Da Silva asume nuevamente la presidencia de Brasil, devolviendo a la izquierda al poder después de cuatro años bajo el gobierno de ultraderecha de Jair Bolsonaro. La toma de posesión se celebra en Brasilia, la capital del país, con la presencia de 19 jefes de estado (entre ellos el Rey Felipe VI) y representantes de 120 países además de todos los seguidores de Lula que han salido a la calle para apoyarlo, viniendo de todas partes del país.
Lula, que ya fue presidente de Brasil en 2003 y 2010, se enfrenta al mandato más decisivo de su carrera política, puesto que deberá revivir el país golpeado por las políticas bolsonaristas que han puesto en cuestión la convivencia política, la calidad democrática, la relaciones internacionales o la lucha contra el cambio climático. Además la economía brasileña, que está experimentando una inflación volátil, no es lo suficientemente fuerte como para hacerse cargo de los más de 30 millones de personas que viven en pobreza extrema.
Lula Da Silva se enfrenta a una ciudadanía dividida que se ha visto reflejada en unas elecciones muy reñidas, cuyo resultado ha llevado al descontento de parte de la población (fieles a Bolsonaro), que no aceptan que Lula sea presidente y han pedido la intervención de las Fuerzas Armadas, por lo que el mandatario ha prometido hacerse cargo de esta situación para evitar ataques violentos.
Asimismo, la formación multipartidista del Gobierno (aunque el Partido de los Trabajadores al que pertenece Lula ocupa los puestos clave) y el dominio de partidos conservadores afines a Bolsonaro del Congreso dificultarán el margen de maniobra del presidente.
Pese a esto, Lula ha prometido mayor transparencia presupuestaria, recuperar las políticas medioambientales y volver a poner a Brasil en el mapa internacional.