El pleno extraordinario de la Diputación de Granada ha aprobado este jueves la compra del castillo de la Calahorra por importe de 6,5 millones de euros para abrirlo al público y convertirlo en referente sociocultural de la comarca del Marquesado, en la Hoya de Guadix.
La decisión política permitirá que el castillo que ha sido escenario de numerosos rodajes, entre ellos Juego de Tronos, pase al patrimonio público después de 500 años en manos privadas, en la actualidad de la Casa del Duque del Infantado. Aunque durante años ha habido varios intentos desde las instituciones públicas por adquirir este monumento nacional, las negociaciones con la familia propietaria no se han cerrado hasta ahora.
A partir de ahora la Diputación granadina anuncia obras de mejora y restauración, incluidos los accesos, para que pueda ser disfrutado por los visitantes y servir como ‘contenedor’ cultural. En la actualidad solo puede visitarse un día a la semana, por obligación al ser un monumento nacional, pero con restricciones y sin documentación alguna, ni visual ni escrita.
La fortaleza-palacio fue el último castillo que se construyó en España, entre los años 1509 y 1512, y se hizo como regalo de amor de Rodrigo de Mendoza a su segunda esposa, la joven María de Fonseca, de la que estaba perdidamente enamorado. Vivieron en él unos ocho años, antes de trasladarse a Valencia. Una vez que dejaron La Calahorra, el municipio entró rápidamente en decadencia y con él, esta construcción, que quedó abandonada.
Primero pasó a ser propiedad de Mencía, hija mayor del matrimonio, pero al no tener descendencia, se convirtió su hermana menor, María, en la dueña. Al estar casada con el duque del Infantado, pasó a manos de esta familia, conocida por ser de la más alta aristocracia española, según recoge una información del diario IDEAL de Granada. Aunque hasta el siglo XX fueron varios los propietarios, volvió a la Casa del Infantado, llegando a ser heredado por Sor Cristina de Arteaga, religiosa de las Jerónimas.
Destacada el poco interés de los propietarios por el cuidado y reforma del monumento y eso ha hecho que a lo largo de la historia haya sido objeto de expolio y daños en muchas de sus dependencias, de las que faltan artesonados, solerías y techos, aunque por fortuna sí se conserva mucho mejor el impresionante patio con mármoles de Carrara. Una preciosidad que da al castillo la imagen interior de palacio que pretendía Rodrigo de Mendoza.
Y es su aspecto exterior y las dependencias internas y el propio patio lo que lo ha convertido es escenario para el rodaje de películas que ha contado entre otros con actores como Sean Connery.
Su enclave domina la zona y permite verlo desde la distancia presidiendo el lugar.
La edificación fue de las pioneras en la introducción del estilo renacentista en la arquitectura civil española. Sobria mole de carácter militar al exterior, ofrece una equivocada imagen de la soberbia y distinguida decoración de su interior. Construido en un breve plazo (la decoración se completa en el periodo 1509-1512), para su ejecución se aprovecha parte de la cantería de la fortaleza árabe que se asentaba previamente en el cerro y, para su ornato, se importan de Italia materiales, técnicas y artistas. Se desconoce en la actualidad la traza original del edificio. La dirección de obras se encarga en un principio al arquitecto segoviano Lorenzo Vázquez que, por desavenencias con el marqués del Cenete, se traslada al genovés Michele Carlone, según la información de Wikipedia.
Este trabajaría primero en su taller de Génova, desde donde enviaría los mármoles de Carrara ya labrados al puerto de Almería, para ejercer después la dirección en el propio castillo para inspeccionar el montaje y el trabajo con materiales locales.
La Calahorra es considerada la primera obra de envergadura en la que se documenta el trabajo de artistas italianos en España, si bien el diferente origen de los autores que labran sus piezas, que explica las diferencias estilísticas en la decoración del inmueble.
En cuanto a su valor histórico, destaca como testimonio de un capítulo fundamental en la historia de la comarca del Cenete en el siglo XVI, mayorazgo fundado por el cardenal Mendoza a favor de su hijo don Rodrigo Díaz de Vivar.
Representa un caso anacrónico en una época en la que la monarquía ordenaba derribar las fortalezas para consolidar su presencia ante el pueblo, y con el fin de evitar que se perpetuaran las relaciones de la vieja nobleza feudal, órdenes que cuentan con esta excepción realizada a la poderosa casa militar de los Mendoza.
Un bien cultural que Granada recobra.
Enhorabuena
Es un castillo con unas vistas de espectáculo.