Por Milagros Montemayor
El fuego ha arrasado más de 343.000 hectáreas, según los últimos datos recogidos por el sistema europeo EFFIS (la European Forest Fire Information System), que reflejan al 2025 en el año más
medioambientalmente perjudicado de las últimas tres décadas.
Al menos 40 incendios continuaban ayer activos en España, de los que 23 seguían ocupando la mayoría de los recursos en materia de extinción por su gravedad y la cantidad de hectáreas devastadas.
Los más importantes se registraron en Ourense, Molezuelas de la Carballeda y Jarilla; calcinando cada uno, respectivamente, 62.000, 31.500 y 11.000 hectáreas de terreno.
El descenso de las temperaturas ha contribuido positivamente a la labor de los equipos de bomberos, aunque la mayor parte de estos incendios continúan activos.
El Ministerio para la Transición Ecológica mantiene que, a fecha del 10 de Agosto de este año, sólo 138.00 hectáreas se han visto calcinadas por éstos incendios, mientras que Europa dictamina que fueron 205.000 hectáreas más.
La diferencia entre las cifras oficiales aportadas por el Ejecutivo y las de satélites europeos, ha suscitado una notable polémica.
El desastre en cuestión, afecta con especial gravedad a Galicia, Castilla y León y Asturias, donde se concentran los principales focos activos y se recurre a los desalojos masivos como medio de protección a la ciudadanía.
Además, los servicios de emergencia advierten sobre los extensos y agotadores turnos que mantienen sus empleados, y la falta de recursos para hacer frente a esta crisis.
Pedro Sánchez y sus ministros subrayan que se han activado tanto el protocolo de actuación de la UME (la Unidad Militar de emergencias), y como intensificado los servicios de la aviación pública para combatir los incendios. También subrayan que se ha solicitado la ayuda de Bruselas y países vecinos.
La secretaria de Estado, Sara Aagesen, resalta que la gestión forestal y la prevención son responsabilidades de las comunidades autónomas, y no una competencia que corresponda exclusivamente al Gobierno central.
No obstante, el presidente ha sugerido un pacto nacional para coordinar la prevención y la adaptación para frenar estos incendios (que atribuye al cambio climático), y minimizar los daños.
Alberto Núñez Feijóo, presidente del PP, critica la inactividad de Sánchez por estar “de vacaciones” mientras los incendios azotan los bosques españoles. Pide más aviones, maquinaria pesada y una mayor coordinación con Europa.
La oposición también se queja de la política gubernamental de impedir la limpieza de ríos y bosques.
Por otra parte, líderes regionales como Alfonso Rueda, presidente de la Xunta de Galicia, han pedido refuerzos extras.
El PP sostiene que los datos de Moncloa no reflejan la real magnitud de la crisis.
Los medios informan de esta “guerra de cifras” como una prolongación del conflicto político entre PSOE y PP y acusan a ambos por su interés en hacer campaña a costa de esta crisis medioambiental que tan irreparables daños y pérdidas materiales está causando.
Los socialistas acusan al PP de liberar a sus líderes autonómicos de responsabilidades.
Mientras que los populares afirman que Sánchez emplea la crisis para ocultar otras falencias.
Al margen del descontento político y sus recíprocas acusaciones, los especialistas coinciden en un diagnóstico preciso: el bosque acumula material inflamable debido al abandono rural y a sequías constantes.
Los expertos, por otra parte, exigen mosaicos agroforestales, inversión en prevención y más recursos estables; a la vez que predicen un aumento de las zonas incendiadas debido a la falta de medidas de precaución efectivas.