Investigado un empresario en Murcia por sustraer agua de pozos ilegales para regar un campo de golf de un ‘resort’ de lujo

Los daños medioambientales provocados por la extracción continuada de agua se han valorado en unos 65 millones de euros

La Guardia Civil, en colaboración con agentes de la Confederación Hidrográfica del Segura, ha llevado a cabo una operación en la Región de Murcia denominada Rough, que ha culminado con la investigación de un empresario por la extracción ilegal de aguas subterráneas para el riego de un campo de golf en un resort de lujo.

La operación, resultado de una exhaustiva labor de vigilancia y recopilación de información, se ha centrado en la usurpación de recursos hídricos y en los delitos contra los recursos naturales y el medio ambiente, dado el impacto significativo que esta actividad ha tenido en la región.

La investigación comenzó tras recibir alertas de la ciudadanía, quienes informaron sobre la posible extracción no autorizada de agua en un campo de golf que formaba parte de un complejo turístico de alto standing.

Los primeros informes señalaban la existencia de múltiples pozos camuflados y ocultos dentro de las instalaciones del resort, pozos que se habrían perforado en horarios nocturnos para evitar ser detectados.

Estas sospechas fueron suficientes para que la Guardia Civil iniciara un operativo de vigilancia, utilizando incluso helicópteros para sobrevolar la zona y verificar la extensión del campo de golf y su ubicación sobre un acuífero en riesgo.

Inspecciones de la Guardia Civil

Durante los vuelos de reconocimiento, los agentes pudieron constatar que el campo de golf, de una superficie considerable, estaba ubicado en una zona de secano, donde la disponibilidad de agua es limitada y las masas de agua subterráneas se encuentran en un estado crítico.

Las imágenes aéreas mostraron una extensión total de 21,97 hectáreas de áreas verdes regadas, una superficie que excedía en cuatro veces el área autorizada, que era de apenas 5,3 hectáreas.

La gravedad de la situación llevó a la Guardia Civil y a la Confederación Hidrográfica del Segura a diseñar un dispositivo conjunto de inspección. Durante estas inspecciones, se descubrieron en diversas parcelas del resort un total de 15 pozos ilegales y cinco manantiales que habían quedado completamente desabastecidos.

Todos estos recursos hídricos estaban siendo explotados sin los permisos correspondientes, en un intento por asegurar el riego continuo del campo de golf y mantener su apariencia y funcionalidad, a pesar de las restricciones legales.

El volumen de agua extraído de estos pozos ilegales se estima en más de dos millones de metros cúbicos anuales, una cantidad que sobrepasa cualquier justificación legal y que ha contribuido a la sobreexplotación del acuífero subyacente.

Daños medioambentales

Este acuífero, que ya se encontraba en un estado vulnerable tanto cualitativa como cuantitativamente, ha sufrido un deterioro aún mayor debido a esta actividad ilícita. Los daños medioambientales provocados por la extracción continuada de agua se han valorado en unos 65 millones de euros. Este monto incluye tanto el coste de restauración del acuífero como el impacto económico derivado de la pérdida de los servicios ecosistémicos, esenciales para el equilibrio de los ecosistemas locales.

El peritaje llevado a cabo por expertos medioambientales ha revelado que la actividad ilegal de extracción de agua en este resort de lujo ha estado operando durante aproximadamente 17 años.

Durante este tiempo, el campo de golf ha estado recibiendo cantidades desmesuradas de agua subterránea, ignorando por completo las regulaciones establecidas para proteger los recursos naturales de la región.

Además, la extracción continuada en un acuífero ya sobreexplotado agrava los problemas de escasez de agua, especialmente en una región como Murcia, donde el clima es seco y la disponibilidad de agua es un recurso crítico.