Hoy: 22 de noviembre de 2024
El Parkinson es una de las enfermedades neurodegenerativas de mayor crecimiento. Se estima que afecta a más de 10 millones de personas en todo el mundo, pero aún existen numerosas incógnitas a la hora de monitorizar su desarrollo.
La evaluación del estado del paciente suele realizarse habitualmente en la consulta del médico, probando las habilidades motoras y funciones cognitivas de la persona. Sin embargo, estas mediciones pueden resultar subjetivas si ese día el paciente se encuentra cansado tras el viaje al centro hospitalario.
Para subsanar estos problemas, los investigadores del Instituto de Tecnología de Massachusetts (MIT, por sus siglas en inglés) en EE. UU., han desarrollado un dispositivo doméstico que puede monitorear el movimiento y la velocidad de la marcha de un paciente. De esta manera, pueden evaluar la gravedad del Parkinson, la progresión de la enfermedad y la respuesta del paciente a la medicación sin necesidad de que tenga que desplazarse a un hospital.
Este aparato, del tamaño de un router Wi-Fi, es capaz de recopilar datos mediante señales de radio que se reflejan en el cuerpo del paciente mientras se mueve por su casa. Incluso, el dispositivo podría usarse para detectar el Parkinson a partir de los patrones de respiración de una persona mientras duerme.
Los investigadores utilizaron estos dispositivos para realizar dos estudios en los que participaron un total de 50 participantes. Demostraron que, mediante el uso de algoritmos de aprendizaje automático para analizar la gran cantidad de datos que recopilaron (más de 200 000 mediciones de la velocidad de la marcha), un médico podría rastrear la progresión del Parkinson de manera más efectiva que con evaluaciones periódicas en la clínica.
La investigación, publicada en la revista Science Translational Medicine, dedujo que las fluctuaciones a lo largo del día en la velocidad de la marcha de un paciente se corresponden con la forma en que responde a su medicación. Es decir, la velocidad de la marcha puede mejorar después de una dosis y luego comenzar a disminuir después de un período de tiempo.
“Para una compañía farmacéutica o biotecnológica que intente desarrollar medicamentos para esta enfermedad, esto podría reducir en gran medida la carga y el costo y acelerar el desarrollo de nuevas terapias”, han destacado los encargados del estudio.
Estos conocimientos también servirán de precedente para implementar dispositivos piloto en el hogar capaces de monitorizar otros trastornos neurológicos, como el Alzheimer, la ELA y la enfermedad de Huntington. También quieren explorar cómo se podrían usar estos métodos para recopilar un conjunto de marcadores que podrían realizar un diagnóstico temprano de la enfermedad, y luego usarse para rastrear y tratarla.