Hoy: 23 de noviembre de 2024
La Audiencia de Zaragoza ha condenado a un hombre a seis años de prisión como responsable de violar a una menor que se había desplazado a su casa en la capital aragonesa para cuidar de un niño de corta edad, hijo del acusado y de su esposa, que en esos momentos se encontraba trabajando.
Los hechos ocurrieron al filo de la madrugada del 25 de noviembre de 2022 en el domicilio del matrimonio, dos horas después de que el marido llegara a casa y cuando la denunciante dormía junto al niño en la cama de la pareja.
La víctima, que conocía a la familia ya que mantenía una relación afectiva con el hermano de la esposa del condenado, llegó al domicilio pocos minutos después de que la madre se fuera a trabajar y, mientras preparaba a la bebé para acostarla, el padre regresó a la vivienda.
El tribunal considera probado que el acusado entró en la habitación, bajó los pantalones del pijama a la menor y la violó sin atender a los ruegos de ésta, que finalmente pudo zafarse y cerrar con pestillo.
Inmediatamente después, la joven envió un whatsapp a la mujer del acusado, quien le dijo que se encerrara en la habitación hasta que llegara ella, ya a la mañana siguiente.
En el testimonio que prestó en el juicio, esta mujer, que le había dicho a la menor que cerrara la habitación, ya que su marido solía regresar borracho a casa, destacó que no creyó a la denunciante y que al regresar a casa la acompañó hasta el autobús.
Los magistrados consideran que la declaración de la víctima, junto a los informes periciales y los whatsapp intercambiados con la madre del niño constituyen prueba de cargo suficiente para motivar la condena del acusado por violación.
Destacan que no sólo no existía un ánimo previo de resentimiento de la menor contra el acusado, sino que su testimonio a lo largo de la instrucción y durante el juicio fue “detallado, coherente, persistente y sin incurrir en contradicciones”.
La sentencia valora el informe aportado por la psicóloga que informó sobre la menor, en la que detectó “ansiedad, pesadillas, irritabilidad, llanto y sentimiento de culpa”, así como un informe biológico que detecta ADN del acusado en las bragas de la denunciante.
Rechaza el tribunal, por otra parte, la versión exculpatoria dada por el acusado, que aseguró haber confundido en la oscuridad de la habitación a la menor con su mujer, así como el valor de unos últimos whatsapp enviados por la denunciante a la madre en la que expresaba su deseo de olvidar todo y no contar nada.
Respecto a este whatsapp, aprecian los magistrados que “en el momento de suceder los hechos la menor tenía 15 años, se había encerrado en un dormitorio de la vivienda de su agresor para evitar enfrentarse a él y se encontraba, como es lógico, muy afectada y en estado de shock, y de ahí que la remisión de estos mensajes hayan de entenderse como un esfuerzo de la propia víctima de intentar olvidar lo que le había ocurrido”.