Hoy: 21 de noviembre de 2024
La declaración a puerta cerrada de tres de las víctimas de Kote Cabezudo ha centrado este jueves la tercera jornada del juicio que se sigue en la Audiencia de Gipuzkoa contra este fotógrafo donostiarra acusado de distintos delitos de índole sexual y estafa, entre otros, respecto a varias de sus modelos. El tribunal ha adoptado esta decisión a instancias de la acusación particular que representa a 14 de ellas, mientras que la Fiscalía representa a un total de 16 presuntas víctimas.
Las tres mujeres que han declarado hoy lo han hecho en la sala de vistas, donde han sido exoneradas de llevar la perceptiva mascarilla para que “el tribunal pudiera obtener la mayor información posible de sus reacciones y lenguaje corporal”, según ha desvelado a la prensa el fiscal encargado del caso.
El representante del Ministerio Público ha comentado también que mientras las testigos han declarado, el acusado ha sido trasladado a otra sala desde la que ha podido seguir la sesión por videoconferencia, aunque sin poder ver a las declarantes “en ningún momento”, cono marca el estatuto de protección de la víctima. Estaba previsto que además de estas víctimas hoy también compareciera ante el tribunal una testigo que finalmente no lo ha hecho al encontrarse en paradero desconocido.
Según el escrito de acusación de la Fiscalía, al que ha tenido acceso EFE, los hechos por los que hoy ha declarado la primera de las víctimas sucedieron en 2007, cuando ella tenía 18 años y el procesado supuestamente “le hizo firmar un contrato” y, sin informarle “suficientemente de lo que perseguía con el material” que iba obtener, llevó a cabo una sesión en la que realizó “cerca de 14 ‘ + Char(39) + ‘sets’ + Char(39) + ‘” de fotografías y vídeos en los que “aparecía desnuda”.
A pesar de que el acusado le habría “comentado” que en las imágenes en las que se apreciaban sus “partes más íntimas” no se veía “nada”, finalmente habría compartido estas fotos en sus páginas de internet, donde “ofrecía, previo pago, material pornográfico”.
En paralelo, esta chica había pactado con el inculpado que, en caso de publicar alguna de sus fotos, lo hiciera con un alias y no con su nombre real, “a fin de no aparecer indexada” luego en los distintos buscadores de internet.
Tres años más tarde, en 2010, una conocida revista de tirada nacional publicó en su portada con el consentimiento de la modelo una imagen de esta chica realizada por otro fotógrafo. Una circunstancia que habría sido aprovechada luego por Cabezudo para identificarla con su nombre real en sus propias páginas, retirando el pseudónimo que inicialmente le había asignado, sin que ella le hubiera dado “autorización de ningún tipo para hacerlo”.
El Ministerio Público señala que, ya en 2011, esta misma víctima recompró sus derechos de imagen al inculpado, a pesar de lo cual, en junio de 2013, en el perfil de Facebook de Cabezudo aún “aparecían” fotos suyas, “anunciando la posibilidad de descargar ‘ + Char(39) + ‘sets’ + Char(39) + ‘ completos de imágenes de su página de internet”.
Para ello habría que enviarle un mensaje “sms” de pago, a través del cual se obtenía un “código único” para descargar las instantáneas, de forma que el acusado presuntamente “obtenía un beneficio económico” con su difusión.
Una situación similar, según la Fiscalía, se habría producido con otra de las chicas que han declarado hoy, quien presuntamente realizó varias sesiones con Cabezudo en 2003, cuando ella tenía 16 años, tras lo que la menor supuestamente apareció “desnuda y con exposición de sus partes más íntimas, en páginas de internet en las que se ofrecía, previo pago, material pornográfico”.
Unas imágenes que además habrían sido compartidas “en otros sitios web” donde habrían continuado alojadas hasta el año 2014. El Ministerio Público mantiene que, también en el caso de esta chica, el fotógrafo presuntamente modificó el pseudónimo con el que inicialmente la menor aparecía en las imágenes para identificarla con su nombre real, “sin autorización de ningún tipo”.
Finalmente, según la Fiscalía, la tercera víctima que ha declarado hoy realizó en 2012 “varias sesiones fotográficas” con el encausado, quien no la habría informado “suficientemente de lo que perseguía con el material obtenido”.
“Así -describe el Ministerio Público-, le hizo firmar un contrato aparentemente inocuo, para posteriormente compartir las fotografías”, en las que la joven aparecía desnuda y “con exposición de sus partes más íntimas”, en páginas en las que se ofrecía “material pornográfico” previo “pago”.
La Fiscalía señala que en las sesiones el procesado habría comentado a la chica que en las instantáneas que obtenía de “sus partes más íntimas” realmente “no se veía nada”. Más adelante, cuando la afectada recompró sus derechos de imagen al fotógrafo, en distintas páginas web siguieron apareciendo instantáneas suyas que el procesado “había compartido”.
Al término de la vista de hoy, el fiscal del caso, Jorge Bermúdez, ha asegurado que el relato de estas tres chicas le ha resultado “tan verosímil” como le ocurrió “las primeras veces” en las que declararon en este proceso judicial, al tiempo que ha recalcado que todas ellas han sido “muy creíbles”, “congruentes” y sin contradicciones, si bien ha aclarado que todo esto no le corresponde “valorarlo” a él sino a los magistrados del tribunal que enjuicia el caso.
Por su parte, el abogado de la acusación particular, Mario Díez, ha opinado que al tribunal “le ha quedado perfectamente claro lo que ocurría” en el estudio de Cabezudo, “relatado por tres mujeres” que “no se conocían entre sí” y cuya credibilidad “queda fuera de toda duda”. Los letrados de la defensa no han realizado declaraciones a la prensa.
Está previsto que el juicio se reanude el próximo lunes con la declaración de otras dos nuevas víctimas.