Hoy: 22 de noviembre de 2024
El primer envío marítimo de grano de trigo ucraniano que se usará para las operaciones humanitarias del Programa Mundial de Alimentos en África, zarpó este martes del puerto ucraniano de Pivdennyi, en la ciudad portuaria de Yuzhny.
La salida del buque se enmarca dentro del acuerdo alcanzado entre Ucrania y Rusia, bajo los auspicios de las Naciones Unidas, conocido como Iniciativa del Mar Negro para la Exportación de Grano.
El carguero Brave Commander transporta 23.000 toneladas métricas de grano de trigo destinadas a cubrir la respuesta humanitaria del Programa en el Cuerno de África, donde la amenaza de hambruna acecha a esta región afectada por la sequía.
“Conseguir la apertura de los puertos del Mar Negro es lo más importante que podemos hacer ahora mismo para ayudar a las personas que pasan hambre en el mundo”, afirmó el director ejecutivo del Programa.
David Beasley matizó que el cargamento no será suficiente para acabar con el hambre en el mundo, pero destacó que “con el grano ucraniano de vuelta en los mercados mundiales tenemos la oportunidad de evitar que esta crisis alimentaria mundial se dispare aún más“.
Según los datos que maneja el Programa, una cifra récord de 345 millones de personas en 82 países se enfrentan en estos momentos a una grave situación de una inseguridad alimentaria, mientras que cerca de 50 millones en 45 naciones están al borde de la hambruna.
El Programa destaca que “el mundo sigue enfrentándose a una crisis alimentaria sin precedentes” y señala la necesidad de emprender “una acción inmediata que reúna a la comunidad humanitaria, los gobiernos y el sector privado para salvar vidas e invertir en soluciones a largo plazo”.
En caso de no conseguir este objetivo, alerta que “la población mundial se verá abocada a hambrunas devastadoras con efectos desestabilizadores que todos sentiremos”.
El Programa indicó que el envío de grano no se habría gestionado sin la importante contribución de emergencia de la Oficina de Asistencia Humanitaria de la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional, así como las significativas aportaciones del antiguo colaborador y ex embajador de buena voluntad del Programa, Howard G. Buffett, y de la Fundación Minderoo, la organización filantrópica australiana de Andrew y Nicola Forrest.