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¡Y llegó la Navidad! (Mi último escrito)

Navidad

Una calle con luces navideñas. | Flickr

Lo cierto es que esa cantidad de luz tapa, mas bien ciega a muchos que son incapaces de dar un solo paso

Que bonitas son esas fechas, luces y colores brillantes, buenos deseos, que se ponen en práctica por todos lados, son fechas para el amor la comprensión y la felicidad, muchos compran compulsivamente, adornan sus casas, las calles, las tiendas, la gente van de un lado a otro y van mas rápido que en otras fechas, da la impresión que no quieren perderse nada.

Todo tiene más luz y las vacaciones sacan de nosotros, en algunos casos, lo que muchos no pueden permitirse, pero todo vale, es Navidad. La verdad es que nos esforzamos por hacerlo lo mejor posible, muchos por sentirse mejores, intentando borrar asperezas.

Lo cierto es que esa cantidad de luz tapa, mas bien ciega a muchos que son incapaces de dar un solo paso, para ayudar a otros, ni compartir un poco del calor de su hogar a abuelos y abuelas, que viven solos y además son suyos. ¿Qué está pasando ?

Es triste que esos hijos se sientan muy a gusto en su faceta de padre o madre “perfectos” en sus nuevas familias creadas.

Esa Nochebuena en la que los móviles no paran de recibir buenos deseos y felicitaciones de personas que durante el año, no se comunican, ni para preguntar por su salud y que volverán a quedar en silencio, hasta cuando…

Al mezclarte con grupos de personas, por actividades de estudio por acompañar o dar consuelo, te das cuenta de la frialdad de muchos hijos que teniendo a sus padres solos o en residencias, son incapaces de hacerse cargo de ellos solamente por unas horas ¡Les estorban! Por cuestiones de humanidad visitamos a personas mayores y siempre nos marcan sus historias.

Algunas están, anímicamente hundidas, pero solo las que sus mentes aún no están dormidas. Después de años solas, sin ver a sus hijos, la pena les proporciona la muerte lenta, pero siempre esperan ese milagro de la Navidad. Y lloran en silencio, pues las visitas aumentan en esas fechas y ellas lo ven, por desgracia, siempre van mas hijas que hijos.

¿No es mejor perder la memoria? Alguna lo dice…Salimos de allí con un sentimiento de dolor y pesar. Esta situación por desgracia se repite más de lo que pudiéramos pensar. Los hijos les han dado la espalda, al menos es la idea que tienen y se la llevarán en su corazón hasta su ultimo soplo de vida.

Muchas madres ya no reconocen la voz de sus hijos. No las volvieron a llamar desde hace años, solo una vez al mes reciben algún WhatsApp. Se sienten castigadas por sus propios hijos, al no poder escuchar esa voz tan querida para ellas.

!Es una terrible falta de humanidad que no puedan sentir ese cariño, con un cálido abrazo, os aseguro que les daremos esperanza y les transmitiremos, un poco de vida. Pensad en ellos, sentiréis su gratitud. Y recordaréis esos abrazos de verdadero amor de vuestras madres, esas que dieron su vida por vosotros.

¡FELIZ NAVIDAD!

¡SERÁ, PARA AQUELLOS QUE NO RECUERDAN….!

¡ES DEMASIADO DOLOROSO RECORDAR, CUANDO TE SIENTES SOLO!

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