‘Unos crían la fama, mientras otros cardan la lana’ es un refrán que como tal, expone claramente su auténtico significado.
Este dicho se usa para describir una situación donde una persona recibe el crédito por el esfuerzo de otra persona y se beneficia injustamente de ese trabajo no realizado por él. Coloquialmente, se aprovecha.
Suele ser habitual entre personas que se creen personajes con dotes superiores y acostumbran a beneficiarse con los éxitos logrados por otros.
Cuando creas una obra musical poco a poco, cotejando los compases y llegando a crear una partitura, estudiada y preparada día a día, no se te pasa por el pensamiento que otro músico cerca de ti se apropiará de tu esfuerzo cambiando algún que otro compás y lo presentará antes que tú como si se tratase de una obra suya.
Hoy en día, con el ‘corta y pega’ ocurre con más de una noticia con la que desayunamos y resulta ser la misma, pero cambiando el punto de vista de quien la da como suya perteneciendo a otro medio que la dio primero, por alguien que ‘estando al loro’ la dio antes.
Ocurre en muchas profesiones y hacen mucho daño a quien se sacrifica por su trabajo, mientras el laurel se lo lleva quien no ha movido un solo dedo y cobra por el trabajo, el sudor y el esfuerzo de otro.
Seamos leales a los méritos de otros, es muy dañino matar los egos de unos con la valía profesional de otros. Luego, suelen tender a recibir el laurel del triunfo quien menos ha luchado por lograrlo, y se lo dan por la cara…
Es la acción que logra que muchos profesionales con conciencia se tengan que marchar de las empresas por no ser valorados en su justa medida.
Sería bueno que las empresas fueran dirigidas por jefes justos, dando a cada cual su lugar exacto, no por amistad, familiaridad o empatía. Solo por sus conocimientos y su valía profesional reconocida.
Todos saldrían ganando y no existirían las guerras de egos que tanto daño hacen a las empresas y a ellos mismos, al sentirse ninguneados y desvalorizados.
Es difícil ser justos, pero es éxito asegurado para las empresas proporcionar a cada colaborador o trabajador su lugar exacto para ejercer su cometido con su profesionalidad reconocida. Todo funcionaria mejor y no existirían enfrentamientos.
El deber de un jefe es saber y reconocer el lugar exacto que debe otorgar a cada uno de sus subordinados por su trabajo.
Así ese refrán tan antiguo nos da su auténtico significado.