Guadix fue capaz de curar el dolor

En el momento en que los ojos se paran en ese conjunto maravilloso con su preciosa Catedral, se ve y se siente más cerca el cielo

Ese verano pasó algo que jamás ninguna madre querría vivir. Cuando las temperaturas en el sur de España eran tan altas que resultaba muy difícil soportarlas.

Aquella madre con un bagaje en su vida de más dolor y soledades que de alegrías al sumar años, se tuvo que enfrentar al final del destino de su adorado y único hijo.

Una mujer nacida y educada en el norte de España, donde sus ojos desde niña se llenaron con la forma de su playa, la más conocida, La Playa de la Concha. Sus paisajes y ese Sagrado Corazón de Jesús que desde el monte Urugull nos bendecía a diario, se vieron obligados por circunstancias familiares a trasladarse al sur de España. Y en ese sur que le recibió se sintió feliz y vivió nuevas experiencias y en él formó su familia.

La vida pasa inexorablemente. Con el tiempo fue conociendo la bonita geografía de esa parte de España que por extensa es muy diferente en todas sus provincias. Cuando llegó el zarpazo de la muerte del ser más querido de su vida, se sintió rota y con un llanto continuo incontrolable.

El dolor en el pecho era insoportable, pero todos tenemos un ángel que lo reconocemos en un momento decisivo en nuestra vida como a ella le pasó, y su querido ángel fue su hermana. La más pequeña de la familia, quien con amor le dijo que la llevaría a un lugar donde las nubes en invierno se mezclan con la nieve de la sierra, con esos maravillosos retazos del cielo azul de Granada.

Y llegamos a ese Guadix que, por primera vez en su vida, lo vio aparecer ante sus ojos, a medida que se acercaban por la carretera, un paisaje excepcional lleno de contrastes.

Esa sensación hoy en día la guarda en su corazón, pues ese corazón roto partido en mil pedazos, en esos días que pasó en esa bendita tierra, se cubrió con ese conformismo de quien es capaz de recibir el dolor con dulzura y no con desesperación, creando en ella una paz interior para poder seguir viviendo.

Hoy guarda en su recuerdo los pasos que dio con su querida guía por ese lugar que la salvó de su inmensa amargura.

Hoy esa madre que ama esa tierra, la estudia y aprende más de esa ciudad que llena sus momentos mas hermosos, al haberle borrado los más tristes, supliéndolos con la memoria de las construcciones de sus cuevas en un conjunto de belleza digna de verse, pues es muy difícil expresarla con palabras.

También es llamada La Accitania o Tierra de Acci. Es tan rica en su historia que desea seguir conociéndola, y antes de marcharse al lado de su hijo, espera continuar loando la gran historia de ese Guadix que la enamoró en un momento crucial de su vida.

Su asignatura preferida siempre fue y es, a día de hoy, la historia de España, y en Granada se creó la parte más importante e interesante de nuestra gran historia, llena de contrastes y acentos muy diferentes.

Es una tierra rica en hechos y decisiones que hicieron de España su Gran Historia. Y así, la belleza de esa parte del sur de España le dio la respuesta.

España es diferente, por eso es necesario recorrerla en coche y cuando bajéis del norte al sur os daréis cuenta de que Guadix existe, merece ser conocida para poderla disfrutar, os volveréis a enamorar, y las penas que os atormenten desaparecerán.

La belleza es capaz de hacernos sanar del dolor. Guadix no es un milagro, existe, los acerca haciéndolos realidad.

En el momento en que los ojos se paran en ese conjunto maravilloso con su preciosa Catedral, se ve y se siente más cerca el cielo.