Hoy: 23 de noviembre de 2024
La presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, se ha convertido este miércoles en la protagonista de la agenda mediática y de la principal responsable del clima de tensión que actualmente enrarece al PP.
El pasado lunes, Ayuso fue entrevistada en El programa de Ana Rosa, donde vertió unas polémicas declaraciones sobre la gestión del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez. La polémica no residió tanto en la naturaleza de la crítica, de índole política, sino más bien por la inusitada dureza que encerraban sus palabras.
“Quiere meter a la oposición en la cárcel como en Nicaragua”, señaló, refiriéndose al socialista. “Se ha convertido en el Le Pen de la izquierda española”, a lo que añadió que tan solo buscaba “perpetuarse en el poder”.
Las acusaciones de la presidente marcaron irremediablemente el orden del día de los populares. Ese mismo día, el vicesecretario de Economía de la formación, Juan Bravo, ofreció una rueda de prensa en la que, según lo previsto, se iban a dirimir las principales directrices de un a rebaja fiscal de 750 euros para facilitar el pago de hipotecas.
Sin embargo, la crisis de la vivienda podía esperar. Las preguntas posteriores estuvieron casi exclusivamente focalizadas en la titular de la Comunidad de Madrid. “No vamos a valorar cada una de las manifestaciones de nuestros portavoces”, replicaba Bravo, tratando de ganar tiempo hasta que el presidente de los azules, Alberto Núñez Feijóo, se pronunciase.
En efecto, lo hizo, aunque ni respaldó las afirmaciones de Ayuso ni se esforzó por vilipendiarlas. “Tensionar y crispar no dan resultado nunca”, se limitó a decir. Los expertos sostienen que semejantes declaraciones perjudican la estrategia del gallego de abrazar el centralismo y la moderación, puesto que siembra dudas en su electorado y desvela a Sánchez, su principal contendiente, un nuevo punto débil al que dirigir sus golpes.
La otra opción que se ha puesto sobre la mesa insiste en la posibilidad de que la presidenta haya decidido acercase a Vox, considerando los resultados favorables que le auguran los sondeos.
En medio de la creciente incertidumbre que se ha desatado en Génova, el Ejecutivo se mantiene confiado, calificando la controversia como una “ayusada” y aguardando pacientemente a que la crisis interna del principal partido de la oposición allana el camino a los socialistas.