El glioblastoma es un tipo de cáncer muy agresivo que afecta al cerebro o la médula espinal. Según la reconocida clínica estadounidense Mayo Clinic, este tumor crece rápidamente y puede destruir tejidos sanos. Se origina a partir de unas células llamadas astrocitos, que normalmente ayudan a las neuronas. Lamentablemente, aún no se conoce su causa, no tiene cura, y los tratamientos actuales solo logran frenar su avance y aliviar algunos síntomas.
Los signos de este cáncer pueden incluir dolores de cabeza cada vez más intensos, náuseas, vómitos, visión doble o borrosa, problemas para hablar o mover partes del cuerpo, pérdida del equilibrio y convulsiones. Estos síntomas suelen empeorar con el tiempo.
Sin embargo, una reciente investigación ha abierto una nueva puerta de esperanza. Científicos del Centro Oncológico de la Universidad Estatal de Ohio, en Estados Unidos, han identificado una posible forma de frenar el crecimiento del glioblastoma al actuar sobre una enzima del cuerpo humano llamada PGM3. Esta enzima participa en un proceso químico complejo relacionado con la forma en que las células usan el azúcar y la grasa, procesos que el tumor utiliza para crecer más rápido.
El doctor Deliang Guo, quien lidera el estudio, explica que si se logra bloquear esta enzima, se podría detener o ralentizar el crecimiento del tumor. Esto representaría un gran avance, ya que actualmente hay muy pocas opciones de tratamiento para esta enfermedad.
La investigación ha sido publicada en la revista científica Science Advances, y también contó con la participación de expertos de Francia y de universidades como la UCLA y la Universidad de Louisville. La doctora Huali Su, una de las autoras del estudio, recordó la urgencia de encontrar nuevas opciones de tratamiento, ya que el glioblastoma es el tumor cerebral más mortal, con una esperanza de vida de solo 12 a 16 meses tras el diagnóstico.
Los investigadores explicaron que, aunque se han hecho muchos estudios y pruebas en los últimos 20 años, no se han logrado grandes avances en el tratamiento del glioblastoma. Esto se debe, en parte, a lo difícil que es entender cómo funciona este tipo de cáncer a nivel celular.
Por último, los científicos detallaron que, si bien antes se pensaba que otra enzima (GFAT1) era la clave para detener el crecimiento del tumor, los resultados no fueron suficientes. En cambio, la enzima PGM3 parece mucho más prometedora, ya que su bloqueo interrumpe varios procesos que el tumor necesita para crecer.
Este hallazgo podría significar un cambio importante en la lucha contra uno de los tipos de cáncer más difíciles de tratar, y ofrece una nueva esperanza para miles de pacientes en el futuro.
*Información de El Diario de La Pampa.