Un trilero contra España

Parece ser que tenía el odio incrustado en sus entrañas, mientras sus sectarios estaban agazapados en la oscuridad, unos ‘seres’ dirigidos por un resentido

Quien nos lo iba a decir que aquel trilero, después del número de la cortina, cuando pretendió engañar a su propia gente, perpetraría la mas vil de las acciones, en una campaña de destrucción de todo lo creado hasta ahora, contra España.

Fueron los siete malditos escaños, los que le arrastraron a cometer semejantes barbaridades, gracias a las alianzas creadas, sin importarle a lo que nos exponía a todos los españoles por su vanidad de vanidades.

Parece ser que tenía el odio incrustado en sus entrañas, mientras sus sectarios estaban agazapados en la oscuridad, unos ‘seres’ dirigidos por un resentido, que hacía años se había comido su propio corazón.

Su máxima era destrozar las garantías ganadas a pulso de un digno país y vengarse de su gran perdida de antaño, con aquella guerra, que hoy más que nunca tenemos presente, por culpa de estos siervos que actúan contra todo lo que represente el orgullo de sentirse español. Siempre que ellos salgan, con los bolsillos llenos, les importa bien poco el buen nombre de España.

Ambición desmesurada

Es la historia de una ambición desmesurada, de un revestido que se creyó llamado por los más altos mandatarios, «los muertos y los vivos» del comunismo más abyecto y pasado al hoy, con sus practicas de caza contra el ser humano, una practica firmemente instalada en sus mandatarios.

Esos que para dejar constancia de sus logros muestran a sus súbditos en una perfecta coreografía obligándoles a llorar, reír, aplaudir casi hasta la extenuación, levantar sus banderitas con exaltación regaladas por el sátrapa de turno. Esos que se eternizan en el poder, hasta que la muerte, se los lleve.

Es el momento, donde todo el país muestra su ficticio dolor con todos esos comparsas dominados por ese feudalismo atroz, creando un patético espectáculo.

Sus ‘educadores’ solo pretenden que den testimonio de su pleitesía servil y obscena de súbditos sin voluntad, que se ven obligados a actuar, como en un mal teatro musical, por estar muertos de miedo ante la maldad que destilan sus déspotas dueños, nunca mejor dicho, de sus vidas.

Se erigen como unos repugnantes ‘dioses’ que rezuman una maldad, totalmente insoportable. Mientras, desde la distancia se nos presentan como una triste exposición humana, forzada y ridícula, que nos hace pensar que con el miedo y el dolor, se pueden manipular las mentes.

Nos demuestran todo lo despreciable y denigrante que puede resultar el poder con alguien sin conciencia.

Cuando tu mano en un saludo aprieta la mano de un asesino, ese saludo no es protocolario, es de conformidad con ese ser despreciable que es capaz de mandar matar a su propia gente, y dando la mano con ese saludo estás secundando sus despiadados crímenes contra los suyos y todos los que no estén de acuerdo con su ‘credo’.

Todo por la economía

Ahora nos pretenden emparentar políticamente con ellos, y nos hacen ver que es todo por la economía.

No nos lo creemos, es todo para separarnos y vendernos al enemigo y para demostrarnos a todos que, con toda la opacidad en sus actos, lo que pretenden es romper en mil pedazos nuestro sistema de vida.

Mientras los que tienen voz les dejan actuar a su libre albedrío, en el país donde se han hecho millonarios.

Saquearon España en trenes y camiones, después de aquella guerra fratricida, y ahora lo hacen con maletas de Louis Viton, aviones Falcon, los famosos Lamborghini, lingotes de oro robado de países donde sus habitantes sufren penurias…

¡Que podemos esperar de gente así! Solo deslealtades y falsedades. Esto no es un juego, lo estamos sufriendo y callamos como cobardes, aun teniendo constancia de sus malos pasos, ¿Continuamos como una democracia? ¿Se ejerce como tal? ¿Se cumple de verdad lo concedido en la Carta Magna?
Algo que esta claro es que no todos los españoles somos iguales ante la ley, lo estamos viendo todos los días.

Envenenar nuestras vidas

Nos amasan, como la harina, para hacer pan y nos hacen obleas malditas con las manos manchadas para envenenar nuestras vidas. Nuestro afán es mantener nuestro espíritu firme y luchar contra quien pone, precio de saldo a nuestra bien ganada libertad.

No se saldrán con la suya, todos a una, continuaremos hacia la verdad, la luz, la justicia y la paz de nuevo en nuestras vidas.

Hoy hemos aprendido mucho de los errores que cometieron nuestros mayores, aquellos que sucumbieron a la maldad por la falta de dialogo. Con buenos intermediarios lograríamos entendernos, ahora estamos mucho mejor preparados.

Por muy difícil que sea encontrarlos, con una integridad firme,
debemos conseguirlo, personas faltos de esa perniciosa avaricia y con una moral adquirida en unos hogares dignos.

Nuestro legado

Debemos tener una cosa clara, seremos evaluados por los que vendrán, pasaremos a la historia con las buenas y las malas decisiones tomadas, las que son contra la humanidad, esas solo tendrán un lugar: en los cementerios.

Procurar que los ciudadanos vivan en buena armonía debe ser el deseo primordial de un buen gobernante. Cuanto peor mejor, no es un buen eslogan. El correcto sería: cuanto mejor vivamos seremos más capaces de crear un gran país lleno de oportunidades para todos.